El dinamismo laboral, medido por el indicador Meta4 IDL, ha alcanzado un 19.8% en el tercer trimestre de 2016. Esto significa que, durante estos tres meses, uno de cada cinco puestos de trabajo ha experimentado un cambio de trabajador. El indicador de dinamismo laboral (IDL) registrado en este periodo sigue su tendencia al alza iniciada a principios de 2011, y ha alcanzado su máximo histórico registrado desde 2010.
El IDL continúa registrando un alto y creciente dinamismo en el mercado laboral analizado: en concreto, el indicador ha aumentado más de quince puntos porcentuales entre principios de 2011 y mediados de 2016. Esto refleja una rotación de los empleados mayor, consecuencia de la firma de nuevos contratos dirigidos a sustituir a trabajadores que, bien abandonaron voluntariamente su puesto de trabajo, o bien fueron sustituidos por la propia empresa para mejorar su eficacia.
Este informe presenta un análisis del dinamismo a nivel de empresa y muestra que la mayor flexibilidad en la gestión de personal puede acompañar tanto a fases de expansión como de contracción del número de empleados. Cada mes, las empresas con mayores niveles de dinamismo son aquellas que más han aumentado o reducido su personal, aunque el IDL mide únicamente el volumen de cambios de trabajadores, independientemente del crecimiento o de la disminución del número de empleados.
¿ESTABILIDAD EN LA CREACIÓN DE EMPLEO?
El Meta4 IDL refleja una estabilidad en la creación de empleo y una reducción en su destrucción en el tercer trimestre del 2016. En la segunda mitad del 2015 existía una tendencia hacia la disminución de la fuerza del crecimiento de trabajo, pero a principios de 2016 ésta vuelve a experimentar un tímido crecimiento que se ha mantenido estable hasta el momento: por cada 100 empleos, han desaparecido 3 y se han creado 5,5. Así, ambos procesos tanto el de creación como el de destrucción de empleo no supera el 10% de los puestos de trabajo. Por consiguiente, según el informe, la suma de nuevas contrataciones y bajas alcanza el 30%, de los cuales un 19,8% es consecuencia del dinamismo laboral. De estos datos se desprende que a pesar de que los movimientos del mercado laboral crecen a un ritmo histórico, la velocidad en la que se crea y destruye empleo se ha paralizado.
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