Uno de los malentendidos más habituales a la hora de pactar un sueldo consiste en confundir las cantidades en bruto y en neto. En ocasiones se puede tratar de un simple error de comunicación, pero para evitar posibles problemas, lo mejor es tener claras las diferencias.
La ley fija una serie de descuentos que afectan a cada trabajador que esté cotizando en el régimen general, situación mayoritaria para más de 13 millones de trabajadores. Estos descuentos corresponden, por lo tanto, a impuestos que tiene que pagar el trabajador y a impuestos que la propia empresa ingresa en las arcas públicas para simplificar así las tareas administrativas de los trabajadores. Las nóminas constan de dos descuentos principales: los descuentos para pagar la Seguridad Social del trabajador y el descuento para pagar el impuesto sobre la renta.
Descuentos en nómina para pagar la Seguridad Social
Un descuento que aparece en todas las nóminas es el porcentaje que se utiliza para pagar la Seguridad Social de los trabajadores. Este porcentaje varía en función del salario bruto y engloba:
La cotización por contingencias comunes. Supone el mayor porcentaje de descuento y se destina al pago de pensiones y otras prestaciones dentro de la Seguridad Social.
La cotización por AT/EP (accidentes de trabajo/ enfermedad profesional). Este descuento se destina a las coberturas que tienen los trabajadores cuando tienen un accidente laboral o se ven afectados por una enfermedad profesional.
La cotización por desempleo. Destinada a un fondo para pagos por desempleo para aquellos trabajadores que se quedan en paro y recurren a dicha prestación.
Formación profesional y otras cotizaciones, cuyo porcentaje que se destina a los programas formativos y de reciclaje para los trabajadores.
La suma total de descuentos se calcula en función de la base de cotización que tenga cada trabajador y suele oscilar entre el 6% y el 7,5% dependiendo del tipo de contrato de trabajo que tenga el trabajador. Las bases de cotización están fijadas por las categorías profesionales en los convenios colectivos de cada sector y acotadas por un mínimo y un máximo. El mínimo es de unos 760 euros para trabajadores a jornada completa y el máximo ronda los 3.600 euros.
Descuentos en nómina para pagar el impuesto sobre la renta
Otro descuento habitual en las nóminas es el que se utiliza para pagar el IRPF o impuesto sobre la renta de los trabajadores. Este descuento se aplica a la renta del propio trabajador y se calcula en función del tipo de contrato, los ingresos brutos anuales estimados por la relación laboral y las circunstancias personales y familiares (soltero, casado, con hijos…).
La retención de IRPF es, a grandes rasgos, un dinero que la Agencia Tributaria descuenta de la nómina en previsión de los impuestos que después deberá pagar el trabajador. Si en el momento de hacer la declaración de la renta resulta que las cantidades retenidas son mayores de lo debido, Hacienda devolverá la diferencia. En caso contrario, el contribuyente tendrá que abonar la cantidad que le corresponda.
El porcentaje de retenciones es muy variable y se calcula sobre casi todo aquel salario bruto que esté sujeto a retención. Puede oscilar entre el 1% al 35%, este último en casos de retribuciones muy altas.
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