La crisis global que se ha vivido en los últimos años ha cambiado la visión del mundo, de la economía, de la sociedad y del trabajo. Tanto que ha obligado a emprender nuevos caminos para salir adelante en este entorno global en transformación. Un cambio que también afecta a los directivos de las empresas, advierte Hays.
«La crisis ha forzado una selección natural y los supervivientes han aprendido a ser más ágiles y flexibles, a reducir energías y gastos innnecesarios, a ser más proactivos, productivos y rentables, a trabajar en equipo, a desarrollar liderazgos ocultos, a ser más internacionales, a tener menos miedo al fracaso, al reciclado continuo…», explica Noelia de Lucas, directora comercial de Hays en España.
Según Hays, «la crisis nos ha hecho mejores». «Nos ha preparado para abordar con éxito la profunda transformación de viven las empresas, caracterizada por la globalidad y la digitalización de sus negocios y de la producción. La fabricación 4.0, el Big Data, el Cloud, la Movilidad, el Internet de las Cosas… automatizarán aún más los procesos, nos dotarán de potentes capacidades de análisis, nos permitirán simular escenarios y reducir riesgos, siempre con el objetivo de lograr una aproximación más eficaz al cliente, basada en su experiencia», aseguran.
Nuevo perfil de directivo
«El éxito de las organizaciones exige ahora un nuevo perfil de directivo», afirma De Lucas, «y muchas empresas han iniciado procesos de evaluación de sus equipos actuales, para saber si estos profesionales son los idóneos». Un verdadero test de estrés, inimaginable hace unos años, que se justifica en la obsolescencia de determinados perfiles y la desactualización de muchos profesionales.
Las compañías demandan profesionales con una sólida formación, con conocimientos específicos para una determinada posición. La experiencia probada y el dominio de uno o más idiomas, la capacidad de comunicación, de liderazgo y de trabajo en equipo, la flexibilidad y adaptación a nuevas situaciones, la disposición a viajar o cambiar de residencia y compromiso y puesta al día permanente son elementos que muchas veces puntúan más que aquéllos.
Perfiles poliédricos y polivalentes que aseguren al empleador la posibilidad de ofrecer resultados de negocio a corto plazo. A cambio, las empresas ofrecen unos valores sólidos y de prestigio, un salario y unos incentivos suficientemente atractivos, el desarrollo de una carrera profesional y la posibilidad de crecimiento dentro la empresa.
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