La contratación de personas con discapacidad ha aumentado en los últimos años, según los últimos datos publicados por el Servicio Público de Empleo Estatal, SEPE, y recogidos por el Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo, Odismet, de Fundación ONCE. Sin embargo, la contratación al colectivo soporta un elevado índice de precariedad.
Las mujeres apenas representan el 40% del empleo generado y, por lo que respecta a jóvenes, solo el 6% de los contratos originados corresponden a menores de 25 años.
En términos porcentuales, el número de contratos a personas con discapacidad representa el 1,31% del total del empleo generado, en un país en el que la tasa de prevalencia de discapacidad es del 4,4%. De estos, un 8,51% son indefinidos, muy lejos de los registros de 2006 cuando se alcanzó el 17,01%.
Aunque los incentivos a la contratación de personas con discapacidad han contribuido a una mayor estabilidad laboral en el colectivo, esta tendencia se ha visto alterada, igualando los niveles de empleo temporal entre las personas con y sin discapacidad. A este respecto, son los más jóvenes quienes tienen menor volumen de contratos indefinidos.
En cuanto al índice de rotación, éste se sitúa en 2,10 contratos por persona entre las personas con discapacidad, mientras que, en la población en general es de 2,7. En ambos casos el índice de rotación se incrementado en los últimos diez años. En 2015, 7.000 personas con discapacidad firmaron más de cinco contratos anuales, y 931 alcanzaron como media 27 contratos por año.
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