Seguro que más de uno en el trabajo se ha encontrado ante situaciones complicadas, conversaciones y asuntos que son difíciles de afrontar. Situaciones que provocan sudores fríos, quebraderos de cabeza e incluso alguna que otra noche sin poder dormir.Esto, lamentablemente, es inevitable pero, ¿cómo solucionarlo?
El Centro de Estudios del Coaching, especializado en coaching ejecutivo, ha emitido un listado con aquellas conversaciones que resultan más difíciles de afrontar dentro del entorno laboral y, por supuesto, una serie de consejos para poder abordarlos sin problemas.
1. COMUNICAR UN DESPIDO
2. DAR UNA MALA EVALUACIÓN
5. REVOCAR UN COMPROMISO
A veces, las personas no pueden llegar a cumplir los objetivos y los compromisos que tenían propuestos. Esto puede ser porque haya una incidencia ajena a la empresa que lo impida, en cuyo caso no hay que esperar demasiado tiempo para comunicarle a la otra persona la situación en la que te encuentras y los pasos que estás siguiendo para poder solucionarlo cuanto antes. Otras veces, los compromisos no se cumplen debido a causas de la organización que pueden dejarte en evidencia. En ese caso, habrá que defender la decisión aunque no estemos de acuerdo y tomar precauciones para la próxima vez que ocurra algo similar.
6. DECIR QUE NO
A todos nos cuesta decir que ‘no’ y más si se trata del jefe de la empresa en la que trabajas, ¿verdad? Esta dificultad se encuentra principalmente en que normalmente se desarrolla un automatismo a decir que ‘sí’ siempre y esto puede radicar en una fuente de problemas. La mejor manera de enfrentarnos a esta situación será analizar y estudiar la petición y ver si puede ser asumida. Tras ello, será conveniente negociar y utilizar las palabras adecuadas, en vez de decir un ‘no’ rotundo,siempre funcionará mejor aplicar el ‘sí pero…’ o el ‘sí a condición de que…’.
7. MOSTRAR DESACUERDO
Expresar un punto de vista diferente al que tiene el resto sobre un tema suele producir un cierto miedo al rechazo, a que nos perciban problemáticos o poco comprometidos con la empresa. Una buena manera de presentar ese desacuerdo puede ser apoyarlo en datos que refuercen nuestro punto de vista. Además, así se evitarán discrepancias con la persona que lleve la ‘voz cantante’.
8. PEDIR AYUDA
A muchas personas les cuesta pedir ayuda. ¿La razón?, piensan que de este modo se van a presentar como alguien vulnerable, como alguien incapaz de hacer las cosas o que, si piden ayuda, esto les va a suponer una deuda que les harán pagar en el futuro. En el caso de los directivos, no suelen pedir ayuda por una falta de confianza. Pero no pedir asistencia puede suponer a largo plazo problemas como una carga de trabajo excesivo o incluso una insatisfacción laboral. Pedir y ofrecer apoyo a los compañeros nos humaniza y mejora las condiciones y la satisfacción laboral.
9. PEDIR ALGO QUE QUIERO
Normalmente, la gente no suele pedir ascensos, un aumento de sueldo o cualquier tipo de reconocimiento que crean que merecen y prefieren que sean los propios jefes los que por si solos se den cuenta de los méritos de los empleados y los recompensen. Como rara vez ocurre, lo mejor será afrontar una petición de estas características basándonos en datos y en razones objetivas que apoyen nuestras propuestas de una manera justificada.
10. DAR LAS GRACIAS
Dar las gracias a los compañeros por su ayuda o por su apoyo son pequeños detalles que, normalmente, pasamos por alto. Tener en cuenta todo lo que hacen por nosotros y dar las gracias por ello es una magnífica oportunidad para mostrar nuestra personalidad y romper con esa dualidad persona/profesional que muchos se empeñan en mantener.
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