Sin duda, la situación del mercado actual de trabajo no es la más halagüeña. Sin embargo, en muchas ocasiones, a la hora de encontrar un nuevo empleo, es el propio demandante el que establece trabas y no alcanza el objetivo deseado. Desde la Escuela Profesional de Coaching se analizan las 6 claves que hacen que no se alcance el éxito en esta situación.
Mala definición del objetivo
En primer lugar y tal y como destaca Julio Pereira, coach profesional y Director de la Escuela Profesional de Coaching, un objetivo debe cumplir con ciertas características para considerarse objetivo. En este sentido el experto afirma que debe ser específico, medible, alcanzable, realista, planeado en el tiempo, ecológico (cómo afecta a tu entorno) y estar enunciado en positivo. Es decir, como objetivo no valdría «quiero cambiar de trabajo», sería más bien “quiero ser jefe de un equipo comercial en una empresa del sector TIC para 2017” o “quiero crear una empresa consultora especilizada en el desarrollo de fuerzas comerciales en Mayo de 2017”. Lógicamente, estos objetivos tendrán a su vez otros sub-objetivos que deben cumplir los mismos requisitos. Por ejemplo, para el primer caso un sub-objetivo podría ser “matricularme el próximo mes en un Master de Dirección Comercial y Ventas”.
Toma de conciencia
A la hora de encontrar un nuevo trabajo el coaching puede ser vital. En este aspecto, uno de los procesos clave del éxito en un proceso de coaching es la toma de conciencia. “Es muy importante ser consciente de mi situación actual, mi situación deseada y el camino que lleva de la una a la otra”, sentencia Pereira. Para tomar conciencia es necesario hacerse las preguntas adecuadas: “¿En qué situación me encuentro? ¿Qué me ha impedido o me impide conseguir mi objetivo? ¿Qué he hecho hasta ahora? ¿Qué obstáculos me puedo encontrar por el camino? ¿Qué capacidades o recursos tengo? ¿Para qué quiero conseguir mi objetivo? etc.”.
Dejar de ser víctima para pasar a ser responsable
En muchas ocasiones, ante la frustración de no conseguir una meta, se tiende a culpabilizar a todo lo que rodea y no fijar el foco en uno mismo. “Si yo no soy parte del problema, no puedo ser parte de la solución” afirma el experto. En este punto se tiende a culpar a otras personas o situaciones de lo que le ocurre a uno mismo, y precisamente de ahí se alimenta la inmovilidad hacia la consecución de los objetivos.
Creer que se puede conseguir
Julio Pereira, experto en coaching, asegura que uno de los principales motivos por los que no se consigue alcanzar la meta deseada es la falta de seguridad en uno mismo. Creer que se puede conseguir es uno de los primeros pasos que hay que dar. Y no solo esto, sino también creer en la capacidad para llevar a cabo las acciones necesarias. “Esta actitud dará, entre otras cosas, un mayor control de nuestras acciones. Como decía Henry Ford «Si crees que puedes, tienes razón; Si crees que no puedes, tienes razón».
Motivación por el cambio
“Necesitamos tener un motivador, una fuente de energía que nos lleve hacia la acción”, afirma Pereira. Por ello, es de gran importancia visualizar cada día el objetivo conseguido y recrearse en las sensaciones y detalles de dicha visualización. Este ejercicio dará la fuerza necesaria para conseguirlo.
Acción
Sin acción no hay resultados, de eso no cabe duda. Es mejor dar un muy pequeño paso que no moverse. Analizar bien cuáles son los pasos que se pueden dar, planificarlos, pero, sobre todo, darlos, es básico para llegar al éxito. De cada pequeño o gran paso se obtendrá un resultado con el que a su vez se obtendrá un aprendizaje que permitirá mejorar y desarrollar el potencial de cada persona hacia la consecución de sus objetivos.
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