El Gobierno finlandés de centro derecha planea suspender las prestaciones por desempleo durante 90 días, lo que supondría 30 días más que actualmente, para aquellos beneficiarios que rechacen una oferta de trabajo en el marco de la reforma del mercado laboral que prepara el Ejecutivo.
A través de esta reforma, el Gobierno de Finlandia pretende generar 35.000 nuevos puestos de trabajo, así como ampliar la jornada laboral, congelar los salarios durante un año y elevar las contribuciones para pensiones de los empleados y rebajárselas a los empresarios.
El primer ministro finlandés, Juha Sipila, tiene el objetivo de crear 110.000 nuevos empleos para 2019 y reducir el gasto en 4.000 millones de euros en un intento de reactivar el crecimiento de la economía de Finlandia.
«Acabamos de comprometernos a algunos recortes significativos y ahora anuncian otros nuevos» declaró el líder del sindicato Pro Union, Jorma Malinen.
Sin embargo, el ministro de Justicia y Empleo, Jari Lindstrom, ha defendido la decisión, apuntando que los cambios servirán para acercar a Finlandia a Suecia y Dinamarca.
Por su parte, el ‘lobby’ empresarial EK ha expresado su respaldo al plan gubernamental, señalando que un tercio de sus miembros había encontrado dificultades de contratación en 2015.
«Nos encontramos con la extraña situación de que las vacantes disponibles y la tasa de desempleo han aumentado simultáneamente», indicó el director de EK, Ilkka Oksala.
Alrededor de 50.000 personas en Finlandia rechazan cada año ofertas de trabajo porque no quieren cambiar de localidad o renunciar a las prestaciones de desempleo por un salario inferior, según las estimaciones del Gobierno.
La tasa de paro de Finlandia se situó en el 9,2% en febrero, con un total de 248.000 desempleados, según la Oficina Nacional de Estadística de Finlandia.
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