Los secretarios generales de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, creen que el aumento de las horas extraordinarias impagadas que se está registrando en España confirma la «degradación» del mercado laboral que han provocado las reformas laborales, sobre todo la aprobada en 2012 por el Gobierno del PP, que conllevó la «desregulación casi absoluta» de la contratación a tiempo parcial.
En rueda de prensa tras reunirse durante una hora con el presidente del Congreso, Patxi López, ambos dirigentes sindicales han sido preguntados por la información del diario ‘El País’ que apunta a que en 2015 se alcanzó el máximo de horas extra impagadas desde 2008, con más de 3,5 millones de horas según la última Encuesta de Población Activa (EPA).
Para Fernández Toxo, esta situación obedece «sin duda» a la «degradación» que el trabajo ha sufrido con la gestión de la crisis económica y al «efecto de las reformas laborales», que han dejado en manos de las empresas la capacidad «unilateral» de decidir sobre las condiciones laborales que deben aceptar los trabajadores.
Y es que con casi 5 millones de parados, contratos «precarios» y despido «libre» los ciudadanos se ven abocados a «aceptar condiciones que, de otra manera, no aceptarían», lo que ha «generalizado» el abuso de las horas extraordinarias impagadas, que antes se circunscribía sobre todo a ciertos segmentos.
SOBRE TODO EN LOS CONTRATOS A TIEMPO PARCIAL
De hecho, el líder de CC.OO., ha subrayado que este tipo de prácticas son «bien conocidas» sobre todo en los contratos a tiempo parcial, en los que «se pacta una jornada que luego, al no haber control, se amplía a conveniencia del empresario», con los efectos que esto tiene tanto para las arcas de la Hacienda pública y la Seguridad Social, como para el reparto insolidario de los puestos de trabajo.
En la misma línea, Cándido Méndez ha explicado que esta situación «en apariencia paradójica» se explica tanto por la falta de responsabilidad de los empresarios, que «explotan» a los trabajadores y «defraudan» a las arcas públicas, aprovechando para ello «la última reforma laboral», de 2012, que desreguló de forma «casi absoluta» el contrato a tiempo parcial.
De este modo, este tipo de contratos se convirtieron en una «invitación» al aumento de «este tipo de prácticas indeseables» en el mercado. «Todo esto pone de manifiesto hasta qué punto hay que derogar la reforma laboral y reponer los derechos expoliados por ésta y por la anterior reforma laboral (aprobada por el PSOE en 2010)», ha zanjado el líder de UGT.
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