Casi cuatro de cada diez titulados universitarios creen que su formación no se ajusta a los requerimientos de su último empleo, bien porque están sobrecualificados (27,5 %), bien porque carecen de los conocimientos y habilidades suficientes (10 %).
Es una de las conclusiones del primer Barómetro de Empleabilidad y Empleo de los Universitarios de Crue Universidades Españolas y la Cátedra Unesco de Gestión y Política Universitaria, con la colaboración de la Obra Social «la Caixa», publicado hoy.
Entre otros datos, el 27,5 % no volvería a estudiar la misma titulación, principalmente entre los que han cursado Ciencias (35,6 %) y menos entre los de Ciencias de la Salud (19,5 %).
El 27,6 % apunta que su último trabajo tiene poco o nada que ver con los estudios que ha cursado, en tanto que el otro 72,4 % piensa que está muy o bastante relacionado.
Y uno de cada cuatro llega a reconocer que no eran necesarios estudios universitarios para ese puesto laboral.
El mayor ajuste entre estudios y último empleo se da en las Ciencias de la Salud (90,5 %), por delante de Ingeniería y Arquitectura (76%), Ciencias (75,7 %), Ciencias Sociales y Jurídicas (68,1 %) y Artes y Humanidades (58,4 %).
No obstante, el ajuste entre formación y puesto de trabajo aumenta entre el primer y último empleo, según deduce el informe, basado en las respuestas de 13.000 titulados del curso 2009-2010 de 45 universidades públicas y privadas, recogidas durante junio y julio de 2015.
Así, un 77 % se manifiesta bastante o muy satisfecho con el trabajo que tiene, principalmente si son profesionales de la Salud, mientras que los más insatisfechos son los que han estudiado Artes y Humanidades.
El 60 % señala que los idiomas no fueron requisito para optar al último empleo.
Las competencias en lenguas extranjeras son las que los titulados aseguran poseer en menor medida, según el documento. También se sienten peor formados para trabajar en entornos internacionales, la toma de decisiones y la comunicación oral.
Lo fundamental para obtener el puesto (principalmente en el caso de Ciencias de la Salud) fue el título universitario. La experiencia laboral fue determinante para los titulados de Ciencias Sociales y Jurídicas; los idiomas, para los de Artes y Humanidades, y las nuevas tecnologías, para ingenieros y arquitectos.
Preguntados por la satisfacción con los estudios, la calificación media es de 2,51 sobre 4, con una valoración «bastante similar» en todas las ramas de estudios.
Lo más apreciado es el profesorado (2,76 puntos) y los contenidos (2,74); y lo menos, las metodologías educativas (2,34) y los servicios al estudiante (1,95).
En general, se observa que los egresados consideran que no se renuevan las metodologías educativas, sino que existe una preponderancia «excesiva» de las clásicas, como las clases magistrales. Por el contrario, el aprendizaje activo basado en proyectos y prácticas es menos habitual.
Según siete de cada diez encuestados, el profesor sigue siendo una fuente de información bastante o muy importante en las universidades.
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