Un año más, y a punto de clausurarse 2015, la Fundación Adecco ha querido profundizar en los deseos y aspiraciones que las personas con discapacidad piden al año venidero, a través de una encuesta a 200 personas. Si bien son muy similares a los del resto de la población, los deseos de las personas con discapacidad cuentan con matices importantes, al otorgar un mayor protagonismo a la salud, a la igualdad de oportunidades o a la normalización.
Uno de los protagonistas indiscutibles este año no ha sido otro que el empleo. Un 84% de los encuestados ha mencionado esta variable en uno de sus tres deseos, pero en esta ocasión haciendo hincapié en que éste sea “igualitario” y no una demostración de “caridad o filantropía” por parte de las empresas.
Las personas con discapacidad han dejado claro, en sus respuestas que, en pleno siglo XXI, las empresas deben tomar conciencia de que un certificado de discapacidad no anula ni merma la capacidad de trabajar de una persona, sino que aquél que lo posee cuenta con fortalezas, competencias y habilidades, como cualquier otra persona.
Por todo ello, es importante dar por clausurada la etapa en la que las personas con discapacidad trabajaban por “filantropía empresarial”. Las personas con discapacidad reivindican que las empresas y la sociedad olviden su “certificado” y fijen la atención en sus competencias y capacidades.
Al preguntar a las personas con discapacidad por sus tres deseos de cara a 2016, tres han sido las respuestas más repetidas: salud (90%), empleo (84%) e igualdad (77%), por este orden.
De las respuestas se infiere que los encuestados desean que la sociedad reconozca sus capacidades, a través de una visión renovada que destierre la asociación inexorable de discapacidad con dependencia e inactividad.
En este sentido, un 80% de los encuestados ha destacado que, en términos generales, las personas con discapacidad siguen ocupando puestos de baja responsabilidad, sin tener presencia habitual en cargos directivos. En la misma línea, un 62% opina que la contratación de personas con discapacidad obedece, mayoritariamente, a un afán de cumplir con la ley, en lugar de a una verdadera normalización de la discapacidad en el tejido empresarial.
El empleo de las personas con discapacidad ha seguido una tendencia ascendente en los últimos años, alcanzando, durante varios años consecutivos, un máximo histórico en el volumen de contratos. 2015 no será una excepción y volverá a finalizar con un nuevo récord, que de hecho ya se ha alcanzado en los 11 primeros meses del año: entre enero y noviembre las personas con discapacidad han firmado 87.851 contratos, un 6% más que en todo el 2014.
Este incremento en la contratación es un indicador de la mejora global del empleo de las personas con discapacidad; sin embargo, aún estamos lejos de alcanzar las cotas deseables de normalización, si atendemos a la tasa de actividad (36%). Esto quiere decir que el 64% de las personas con discapacidad en edad laboral no tiene empleo ni lo busca.
Además, los resultados de la encuesta han permitido detectar la existencia de barreras a la hora de acceder al ocio y la cultura, por parte de las personas con discapacidad: algo más de la mitad de los encuestados (52%) admite encontrar obstáculos para hacerlo, a través de diferentes barreras: arquitectónicas (instalaciones poco accesibles), de comprensión (actividades poco intuitivas, insuficiente explicación de las mismas, etc), sociales (prejuicios por parte de una sociedad poco acostumbrada a tratar con personas con discapacidad en estos ambientes) y/o de apoyo (falta de personal que apoye las necesidades específicas de las personas con discapacidad).
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