Los programas que combinan la formación en el aula con el aprendizaje en el puesto de trabajo, dirigidos a aquellos que no quieren estudiar una carrera, son reconocidos en todo el mundo como una solución a la crisis de habilidades.
La figura tradicional del aprendiz frente a la del joven titulado universitario aparece como una buena alternativa para combatir el paro juvenil, según Hays. “Las empresas –explica Noelia de Lucas, directora comercial de Hays para España- buscan personas que sepan hacer bien su trabajo, independientemente de que hayan estudiado o no, y la figura del aprendiz, la formación trabajando, puede ser una buena vía para que lo jóvenes encuentren trabajo”.
Recientemente el titular de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, manifestaba que hay «demasiados universitarios y pocos alumnos de Formación Profesional en España”. Cada vez son más los países que ven en el aprendizaje una solución al desempleo juvenil y a la escasez de determinadas habilidades. “Hay quien opina – continúa Noelia de Lucas– que la escasez de personal cualificado es el resultado de un sistema educativo que no ha sabido preparar a los jóvenes para la vida laboral. Para otros, los culpables son los empleadores, que han desplazado al mundo académico la carga de la formación de los empleados en lugar de hacerlo ellos. Independientemente de quien tenga la culpa, todos coinciden en que el aprendizaje puede ser la clave para cerrar la brecha».
Según Hays, los programas que combinan la formación en el aula con el aprendizaje en el puesto de trabajo, dirigidos a aquellos que no quieren estudiar una carrera, son reconocidos en todo el mundo como una solución a la crisis de habilidades. “En España, con casi 785.000 alumno de formación profesional, hay buenos ejemplos del éxito de esta fórmula, tanto para traer el talento de nivel de entrada como para capacitar en las habilidades que necesitan”, indica la directora comercial de Hays.
La mecanización y robotización de muchas tareas deben contemplarse como una oportunidad, según Hays, para formar aprendices más expertos y con una experiencia más sofisticada. “Hay que promover –indica Noelia de Lucas- una nueva forma de aprendizaje, donde las empresas capaciten a los empleados, desde el primer día, tengan título o no, en las habilidades que necesitan para comenzar a trabajar y agregar valor a la organización, en base a una formación estructurada y un programa de desarrollo adecuado y adaptado”.
Según Hays, existe un consenso generalizado entre los encargados de selección de personal en el sentido de que este sistema acabaría con el actual déficit de habilidades para cubrir determinados perfiles y crearía un modelo sostenible, que ayudaría en encontrar trabajo y a dotar a los empleados de las nuevas habilidades que exige un mundo tecnológicamente más sofisticado.
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