La reforma laboral de 2012 ha provocado una «judicialización brutal» de las relaciones laborales, según ha señalado el secretario general de UGT, Cándido Méndez. Además, ha asegurado que sindicatos y empresarios valoran esta consecuencia «negativamente».
Así lo ha manifestado este miércoles en la inauguración de una jornada sobre la reforma laboral, realizada en colaboración con el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), donde ha añadido que la reforma ha impuesto una «confusión grosera», ya que el Gobierno «pretendía que se considerase flexibilidad lo que realmente era precariedad».
En este sentido, Méndez considera que la reforma no ha servido para abrir espacios para la flexibilidad negociadora, sino que ha provocado un «bloqueo de los cauces de negociación» y, por lo tanto, se ha tenido que «recurrir a los tribunales».
Asimismo, el secretario general ha señalado que no se han creado condiciones para la adaptación de los trabajadores y las empresas a la situación de crisis y se ha producido un «aumento de la inestabilidad laboral, una caída de los salarios y una degradación de los trabajadores».
En este contexto, considera importante que en la nueva legislatura se produzca una «reversión de la reforma laboral», de manera que se pueda actuar por la vía de la negociación colectiva, recuperar la tutela judicial efectiva, crear las condiciones para conciliar la creación de empleo de calidad y la recuperación de los salarios.
Así, ha señalado que la organización es partidaria de conciliar la flexibilidad en las condiciones laborales, pero con la garantía de los derechos de los trabajadores.
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