El porcentaje de trabajadores con una incidencia alta de absentismo se sitúa en el 10,4, una cifra que disminuye hasta el 6,3 %, entre los que tienen discapacidad, según se desprende del IV Informe realizado por la Fundación Adecco sobre el absentismo.
El documento, hecho público hoy, concluye que entre los factores que explican que la discapacidad no intensifica el absentismo laboral se encuentran el esfuerzo del colectivo, el afán de superación y la capacidad de sacrificio, que trasladados a la empresa se traducen en una «alta fidelidad al proyecto y una mayor estabilidad».
Con una muestra de 297 empresas colaboradoras de la Fundación, el informe asegura que la mitad de ellas responde con un no rotundo a la pregunta de si aprecia diferencias en el nivel de ausencia entre los trabajadores con y sin discapacidad, y el 29 % estima que estas diferencias no se experimentan de forma significativa.
Los datos muestran que la máxima incidencia del absentismo se encuentra en las bajas por contingencias comunes aunque éstas se presentan de forma menos intensa entre las personas con discapacidad (un 29 % frente al 43 %).
A este tipo de ausencias les siguen las relacionadas con problemas leves de salud, que no justifican una baja médica, pero de nuevo la incidencia es menor en las personas con discapacidad (19 % frente al 23 %),
Las ausencias entre el colectivo sólo son superiores cuando se refieren a los tratamientos vinculados a su discapacidad y pese a ello, la cifra no es elevada: un 14 %.
Además, la incidencia del absentismo por «efecto lunes» y «efecto puente» es menor.
El documento señala que hay que tener en cuenta que la tasa de actividad de las personas con discapacidad es aún muy baja (36,6 %) a causa de «las barreras sociales y culturales» que frenan su acceso al empleo.
En este sentido, cita los miedos personales, los prejuicios empresariales o los sistemas de pensiones que, si bien garantizan unos ingresos mínimos, «en algunos casos promueven la inactividad y suponen una barrera para buscar trabajo».
Así, el informe estima que las personas con discapacidad que deciden participar en el mercado laboral lo hacen porque realmente quieren hacerlo y señala que hay que tener en cuenta que «muchas» podrían vivir con las prestaciones que reciben del Estado «pero aún así se esfuerzan por ser parte activa de la economía y de la sociedad, a través del empleo».
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