El Banco de España afirma que la capacidad de adecuación de los sueldos a los ciclos económicos sigue siendo en España menor que en otros países, a pesar de la mayor flexibilidad interna de la que disponen las empresas para variar los salarios en función del momento económico tras la reforma laboral.
En el ‘Boletín Económico’ correspondiente al mes de junio, la entidad gobernada por Luis Maria Linde explica que los salarios tienden a crecer en fases económicas alcistas y a caer en periodos de crisis. Concretamente, suben más en tiempos de bonanza de lo que descienden en recesión.
Las cifras que maneja el banco emisor indican que en recesiones, independientemente del nivel de la tasa de desempleo, se produce una reducción de salario en términos reales del 0,24% por cada aumento de un punto porcentual de la tasa de paro.
Mientras, en épocas expansivas se observa un incremento de los salarios de entre el 0,38% y el 0,48%, en función del nivel de desempleo.
Los altos niveles de paro impiden mayores subidas de sueldo
De esta forma, el Banco de España señala que «en las etapas iniciales de las expansiones, cuando el desempleo es aún elevado, los salarios tienden a responder menos a la mejora de la economía que cuando el desempleo ha descendido por debajo de su promedio histórico».
Por otro lado, el análisis del banco emisor señala que a medida que aumenta la antigüedad del empleado en la empresa, la respuesta de su sueldo al ciclo disminuye.
Del mismo modo, los salarios de los trabajadores con contratos temporales son más sensibles a la evolución de la tasa de desempleo que los de los trabajadores con contratos indefinidos, especialmente en épocas de recesión y alto desempleo, cuando incluso la adaptabilidad de los primeros duplica a la de los segundos.
Por el contrario, una vez la economía entra en fase expansiva y el desempleo se modera, son los trabajadores con contrato indefinido los que más ven reflejado en su sueldo la bonanza.
La reforma laboral aumentó la sensibilidad de los sueldos
Hechas estas especificaciones, el Banco de España valora la puesta en marcha de la reforma laboral de 2012, que introdujo en las empresas mayor flexibilidad a la hora de modificar las condiciones de trabajo, también de los sueldos, para evitar ajustes por la vía de los despidos en épocas de crisis.
Al respecto, señala que, efectivamente, se percibe una mayor sensibilidad de los salarios a partir de entonces, aunque puntualiza que «otros factores, como la mayor duración e intensidad de la crisis, podrían explicar esta mayor respuesta».
Sea como fuere, el Banco de España concluye que «la elasticidad estimada para el periodo posterior a 2012 no es superior a la estimada en la recesión de la década de los 90, y se mantiene inferior a las estimaciones disponibles para otros países»
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