El Banco de España cree que el mercado laboral, aunque se está recuperando, presenta aún desequilibrios que hay que solventar, como el incremento de los contratos temporales frente a los indefinidos, y la desigualdad en las tasas de paro entre las diferentes regiones.
A su juicio, ello evidencia la necesidad de reducir la brecha entre el coste del despido de los contratos indefinidos y de los temporales, para incentivar los primeros, y revela «ineficiencias» en el sistema de prestación por desempleo.
Así lo indica en el Informe Anual 2014 en el que señala, de entrada, que las bonificaciones existentes para relanzar la ocupación están teniendo un coste «muy elevado» y un éxito cuanto menos «incierto».
Por ello, además de una «evaluación y reordenación» del conjunto de bonificaciones existentes, que libere recursos para modernizar los servicios públicos de empleo en la dirección de que puedan ofrecer itinerarios individualizados de inserción a los parados, el banco emisor pone el foco en el coste del despido.
El Banco de España recuerda que tras toda crisis es «razonable» que el nuevo empleo se canalice a través de los contratos temporales. Sin embargo, considera que «el recurso a la contratación indefinida sigue siendo débil, a pesar de los cambios introducidos para favorecerla».
Por ello, cree que habría que «reequilibrar» los incentivos a favor de la contratación indefinida, «reduciendo la magnitud de la brecha que separa las condiciones de terminación de las distintas modalidades de contratación y facilitando una mayor continuidad entre ellas».
MAYOR FLEXIBILIDAD
Por otro lado, el Banco de España también llama a mantener «el impulso reformista» para aumentar los «márgenes de flexibilidad» que permitan reducir aún más el desempleo y aumentar la productividad y la competitividad.
En este capítulo, incluye la necesaria mejora del conjunto de las políticas activas de empleo para contar con trabajadores mejor formados y con mayor grado de empleabilidad.
Al respecto, señala que es «fundamental» acelerar la implantación de los cambios introducidos en la reciente reforma del sistema de formación, que reduce el papel de los agentes sociales en su gestión e impartición.
MAYOR COMPETENCIA, MENOS TRABAS AL CRECIMIENTO EMPRESARIAL
Por otro lado, el Banco de España asocia el aumento de la productividad de las empresas tanto al grado de competencia existente como a su tamaño. En este punto, considera que «una parte importante de las regulaciones de los mercados tiende a limitar la competencia mediante la restricción de los flujos de entrada y salida de empresas».
«El caso español destaca por la reducida tasa de creación y, especialmente, de destrucción de empresas, lo que podría estar perjudicando la productividad agregada», añade.
Por ello, la institución gobernada por Luis María Linde indica que sigue existiendo margen para «racionalizar» las cargas administrativas que soportan las empresas, y llama a continuar los trabajos de la Comisión para la Reforma de la Administración (CORA), así como hacer un uso más eficiente de las infraestructuras de transporte.
En este capítulo, el Banco de España señala también que la existencia de márgenes empresariales en términos de precio-coste más abultados en ramas como el comercio, servicios profesionales o el transporte respecto a otros países, también evidencia «un reducido grado de competencia».
ESPAÑA PENALIZA A LAS EMPRESAS GRANDES
Por último, el informe del Banco de España señala que la productividad es proporcional al tamaño de las empresas y asegura que «en el ámbito fiscal existen distintas ventajas en el impuesto de sociedades (menores tipos impositivos, por ejemplo), así como un control tributario más laxo para las pymes, o, en el ámbito local, se establece la obligatoriedad de disponer de un comité de empresa en aquellas con más de 49 trabajadores».
Todo ello lleva, según el Banco de España, a la necesidad de «adaptar la normativa existente para evitar que genere desincentivos al crecimiento empresarial».
Los comentarios están cerrados.