Según el 46º Índice ManpowerGroup “La intensificación y la extensión del aumento del empleo”, el mercado laboral español muestra claros signos de mejora, con un avance notable en el empleo y una creciente extensión sectorial de la contratación. La investigación pone de manifiesto que el detalle del crecimiento actual del empleo muestra un perfil del contratado muy definido: hombre, con alto nivel de estudios, asalariado a jornada completa en el sector privado. Así pues, no todos los ciudadanos se han beneficiado de los aumentos en el empleo de los últimos meses, consolidándose la empleabilidad como el gran reto de nuestro futuro más cercano. Los jóvenes y los trabajadores de bajo nivel educativo aún presentan contracciones laborales, al igual que los trabajadores no cualificados. Estas reducciones son, en comparación, mucho menores que las del año anterior, pero reflejan la existencia de un problema de fondo que habrá que solucionar para alcanzar de pleno la salida de la recesión.
Estas son algunas de las principales conclusiones del 46º Índice ManpowerGroup, presentado hoy en Madrid por Engracia Hidalgo, Secretaria de Estado de Empleo, Raúl Grijalba, Presidente Ejecutivo de ManpowerGroup, y Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del estudio.
En España hay cerca de tres millones de personas con escasas posibilidades de incorporación en el mercado actual. En este sentido, es responsabilidad de todos los agentes (administraciones públicas, instituciones educativas, tejido empresarial y también de los propios trabajadores) establecer un marco y unos programas específicos que permitan superar los nuevos retos de nuestro mercado laboral, y por ende de nuestra sociedad. En los últimos años, se han sentado las bases para conseguir adecuar las competencias de las personas a las necesidades de las organizaciones pero queda camino por recorrer. Tal y como se confirma en el análisis aportado en este estudio.
Según Raúl Grijalba, Presidente Ejecutivo de ManpowerGroup en España, para conseguir este cambio cualitativo, “es primordial olvidarse de la palabra trabajo y concentrarse en el concepto empleo: mejorar la empleabilidad de las personas, teniendo en cuenta la constante evolución del mercado y de las necesidades de las empresas”. En esta línea y en base a las diferentes investigaciones realizadas por ManpowerGroup para conocer mejor las tendencias en materia de talento, la inversión en empleabilidad debe centrarse tanto en los conocimientos técnicos, siendo los idiomas, las ingenierías y las áreas más científicas los que cobran cada vez más valor, como en las habilidades de las personas, erigiéndose como las prioritarias para las compañías la flexibilidad, la polivalencia y la capacidad de trabajar en un entorno cambiante.
En definitiva, la solución pasa por centrarse en la empleabilidad, vinculada al ciclo de vida laboral de cada persona. Es decir, no se pueden plantear soluciones momentáneas, todo plan debe trabajar por construir una carrera profesional y tener en cuenta actualizaciones y posibles reorientaciones para que las personas puedan tener un empleo a lo largo de toda su vida en activo. Esperar que el tejido empresarial se adapte a las características de los desempleados no es la opción para construir una economía competitiva. Debemos trabajar para que las personas sin trabajo y con poca cualificación obtengan los conocimientos y competencias que demandan las compañías. “Este es ya un reto social y económico urgente que precisa de la implicación de todos” concluye Grijalba.
La extensión sectorial de la contratación
Según los resultados analizados en el 46º Índice ManpowerGroup, estudio realizado a partir de los datos del INE, en el último trimestre de 2014 los sectores con crecimiento de empleo representan ya el 90% de la ocupación. Este aumento es muy considerable si se tiene en cuenta que, en el mismo periodo de 2013, sólo el 52% de los sectores aumentaban la contratación. Además, en el último cuarto de 2014 el empleo creció en sectores que incluyen a cerca de 16 millones de trabajadores, es decir, están mejorando las cifras de contratación aquellos sectores que más mano de obra concentran.
El Índice muestra que los sectores más castigados por la recesión son los que presentan un crecimiento de la contratación más acusado, lo que refuerza la hipótesis de solidez de la recuperación. Un claro ejemplo se encuentra en el sector de la industria, que ha visto descender el empleo en un -29,7% desde 2007 y, en los últimos datos obtenidos, avanza por segundo trimestre consecutivo con un incremento del 4,3%.
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El aumento que refleja la industria manufacturera es de gran importancia, ya que actualmente ocupa más del 70% del empleo total de la industria. Así, su crecimiento medio ha alcanzado el 7,7% en el último trimestre del año, en comparación con el 3,8% del mismo cuarto del año anterior. Este sector cuenta con crecimientos de empleo en 7 de sus 10 subsectores, llegando a superar el 10% en las industrias del textil, cuero y madera y corcho (+11,6%) y la química, farmacéutica, caucho y plásticos (+10,6%). La industria alimentaria y la del papel y artes gráficas aumentan las contrataciones un +8,1% y un +8,0% respectivamente, mientras que la fabricación de vehículos de motor y remolques (6%) y fabricación de maquinaria y equipo (5,3%) avanzan a un ritmo más lento.
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Las actividades administrativas y servicios auxiliares crecen a un ritmo más lento, alcanzando el +3,8% en los últimos datos recogidos, mientras que al tiempo que los subsectores de información y comunicaciones; transportes y almacenaje; comercio y reparación de vehículos; y actividades domésticas muestran avances comprendidos entre el 1,5% y el 0,2% anual.
Dentro de los servicios privados, quien continúa perdiendo empleo son los servicios financieros y las actividades inmobiliarias (un -2,9% anual, que contrasta con el sorprendente +6,9% del último trimestre de 2013).
Por último hay que destacar la actuación de los servicios colectivos (que engloban las Administraciones Públicas y Seguridad Social, sanidad y educación tanto pública como privada), quienes han resistido más favorablemente a los estragos de la crisis ocupacional. De hecho, el empleo en estos sectores ha aumentado en el último año un 2,4% y 90.000 nuevos puestos de trabajo. Este notable aumento expresa amplias diferencias en las tres ramas que los integran: un 4,0% en la Administración y Seguridad Social (51.000 nuevos efectivos), un 1,9% anual en sanidad y servicios sociales (26.000 ocupados) y un 1,2% en educación (13.000 nuevos ocupados). Estos datos inducen a pensar que el factor electoral puede estar influyendo en ellos, por lo que habrá que contemplar los datos de los próximos trimestres para comprobar si este aumento de la contratación se perpetúa tras las elecciones.
Mejoran las características de los puestos de trabajo
La mejora de la situación laboral española durante el último trimestre de 2014 no se refleja únicamente en el mayor número de contrataciones. Las características de los puestos de trabajo creados durante estos meses refuerzan la idea de que la mejora laboral comienza a afianzarse y a extenderse a las categorías empresariales más afectadas durante el periodo de recesión.
Con respecto al tipo de contratación, el empleo asalariado acumula ya tres trimestres consecutivos de crecimiento, alcanzando el +2,8% y superando incluso el crecimiento del empleo no asalariado (+1,4%). Este dato es especialmente relevante si se tiene en cuenta que, durante el periodo entre 2011 y 2013 el empleo asalariado se hundió un -10,2%, mientras que el autónomo se mantuvo en un -0,1%. Este avance puede considerarse una normalización parcial de la dinámica laboral, aunque tanto el empleo asalariado como no asalariado se encuentran aún lejos de las cifras previas a la crisis (un -15,3% y -15,7% respectivamente).
Además, dentro de la contratación asalariada, el empleo temporal comienza a crecer de forma evidente alcanzando el +5,3% en el cuarto trimestre de 2014, dato muy destacable si tenemos en cuenta que este tipo de contrato ha sufrido los efectos de la crisis de forma más severa, acumulando una pérdida cercana al -36%, mientras que los indefinidos, que crecen un +2%, se sitúan únicamente un -6% por debajo de los datos del inicio de la recesión.
Esta tendencia confirma dos supuestos de la dinámica del mercado e trabajo: primero, su fortaleza, ya que los dos tipos de contrato reflejan mejoras; segundo, que el mayor aumento del empleo temporal sugiere que falta todavía un período de tiempo para considerar consolidada la recuperación.
La normalización de la dinámica del empleo también se refleja en la mayor parte de categorías ocupacionales, es decir, del tipo de trabajador que ha encontrado empleo. Los diferentes perfiles profesionales han sufrido de manera distinta las recesiones vividas desde 2007. Sin embargo, en el cuarto trimestre de 2014 tanto los trabajadores cualificados, técnicos, y profesionales han vivido aumentos más o menos destacados, del 3,6%, 3,4% y 1,4% anual respectivamente. Únicamente los trabajadores no cualificados han sufrido un leve descenso en la contratación, situándose en el -0,6%, siguiendo la evolución que ya se vislumbraba en la anterior edición del Índice ManpowerGroup.
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