La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, ha afirmado este martes que las reuniones con las organizaciones empresariales y sindicales sobre la reforma laboral para la formación profesional «van bien» y que ve «cerca y posible» el acuerdo.
Báñez ha apuntado que espera que esta reforma se presente «en los próximos días», aunque no ha aclarado si se aprobará en el próximo Consejo de Ministros, durante la jornada ‘Competitividad a través del talento‘, organizada por Adecco y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
La ministra ha señalado que el Gobieno va a cambiar el modelo «de raíz» y que este se basará «en una gestión del 100% de la financiación, que se hará en régimen de concurrencia competitiva». Además, se pondrá en marcha el cheque formación, «que recibirán los desempleados para que se formen en el centro que deseen», de manera que «directamente» las admnistraciones pagarán al centro en el que se forme el trabajador.
Báñez ha explicado que el objetivo es «cumplir con la reforma de 2012», que «subrayaba la importacia de una cuenta de formación», es decir, una cuenta asociada a la vida laboral del trabajador que recoja toda la formación que reciba.
Además, se prevé la creación de una unidad especial dentro del cuerpo de Inspección de Trabajo y Seguridad Social que controle los recursos públicos destinados a la formación profesional. «Queremos dar cuenta del primer al último euro de nuestro país, para que se dedique verdaderamente a lo que se tiene que dedicar, que es a la formación», ha añadido.
Por otra parte, la ministra ha destacado la importancia de fomentar la formación profesional en las pymes y las microempresas. «Quizás el camino sea menos burocracia y más agilidad, y con ello también más eficacia», ha apuntado.
«Nuestro país no va a competir en el presente y en el futuro a costes bajos, sino a través de la innovación y el talento», ha señalado la ministra, que ha explicado que «el Gobierno es partidario de que los interlocutores sociales sigan siendo protagonistas, porque son los que mejor identifican las necesidades del tejido productivo».
En su opinión, esta reforma es «inaplazable» y necesaria para cambiar el modelo de formación profesional hacia «la calidad, la eficiencia y las necesidades reales» del tejido productivo.
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