Las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos CC.OO. y UGT reanudan este lunes las reuniones para tratar de cerrar un acuerdo salarial para los años 2015-2017, en el marco del III Acuerdo Interconfederal para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).
Tras las reuniones de la semana pasada, en las que se produjeron avances, pero en las que también se detectaron puntos de bloqueo, las partes decidieron, en palabras del secretario general de UGT, Cándido Méndez «parar el reloj» y darse unos días para repensar las posiciones.
Una de las grandes novedades de estas últimas reuniones fue que las riendas las tomaron los ‘primeros espadas’ de patronal y sindicatos, como viene siendo habitual en los tramos finales de estos procesos de negociación.
Sin embargo, sobre el tablero seguía una situación de tablas y, además de la cuestión meramente salarial, han entrado en juego en la negociación otros elementos que podrían servir para que las partes contemplen el pacto desde una perspectiva más amplia y, al final, para propiciar el acuerdo.
Es el caso de la demanda de los sindicatos de garantizar en el ámbito de la negociación colectiva que las condiciones laborales no decaen en las empresas cuyos convenios cumplen el límite de un año de la ‘ultraactividad’ sin acuerdo para su renovación, en línea con una reciente sentencia del Tribunal Constitucional (TC).
En el corazón de las conversaciones, las partes han alcanzado un principio de acuerdo sobre la subida salarial para 2015. Los sindicatos proponían incrementos del 1,5% y la patronal cree que esta subida no debe exceder el 0,8%. Si bien, el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, sin concretar cifras definitivas, señaló este jueves que en la mesa se ha hablado de un 1% que sería un término medio aproximado entre ambas posiciones.
¿CUÁLES SON LOS ESCOLLOS?
Sin embargo, el problema está en los siguientes años, pues las partes coinciden en que es muy difícil cerrar una cifra para dichos ejercicios en un momento de incertidumbre y volatilidad económica. En este punto, se trataría de cerrar una fórmula para la revalorización de los salarios que los sindicatos quieren vincular al IPC y la productividad y la patronal a la evolución del PIB.
Además, los sindicatos quieren que el acuerdo recoja cláusulas de salvaguarda para garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores en caso de desviaciones de la inflación por encima de los niveles previstos. No obstante, los sindicatos han precisado en diferentes ocasiones que el problema no gira tanto en torno a cláusulas o cifras, sino en el enfoque de la política salarial en su conjunto.
Por el lado de los empresarios, el presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha llamado a las partes a ser «lo más flexibles posible», y también confía en que en cuestión de una semana se cierre un acuerdo, que ya llegaría con un mes y medio de retraso sobre el calendario previsto.
Sindicatos y patronal miran este acuerdo sin perder de vista otros dos asuntos abiertos en el plano de las negociaciones, esta vez, con el Gobierno. Ambos temen que el Ejecutivo apruebe una reforma de la formación por decreto que les deje fuera del control y reparto de los fondos destinados a estas actividades (1.800 millones al año).
Por su parte, los sindicatos ya han avanzado su intención de presentar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) cuando se haya cerrado el acuerdo salarial para que el Parlamento debata la creación de una renta mínima garantizada.
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