Una renta básica universal, con una cuantía cercana a los 400 euros mensuales por ciudadano, costaría en bruto 163.000 millones de euros, de los cuales el 60% estaría autofinanciado y sería viable a través de arbitrar medidas que permitan recuperar en torno al 40% de su coste a través de IRPF.
Así lo contempla un estudio del profesor Juan Gimeno Ullastres, catedrático de Economía Aplicada de la UNED, presentado este viernes en el XXII Encuentro de Economía Pública que se celebra en Santander, según el cual la «mayor dificultad» para una renta básica universal es su «elevado coste», aunque la fuente primaria de financiación es «viable» por la absorción de otras partidas que en la actualidad se destinan a políticas sociales.
Según este trabajo, recogido por Europa Press, los contribuyentes con mayores rentas devolverían la renta básica en su declaración del IRPF, de manera que permitiría al Estado reducir el coste de la propuesta en el 40% restante, por una cantidad de 68.000 millones.
El modelo, financiado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), incluye el complemento a mínimos de las prestaciones contributivas, pues pierde su sentido con la existencia de la renta básica, que ya cumple conceptualmente la misma función; pero no anula ni los gastos ligados a servicios sociales ni a la atención a la dependencia.
De esta manera, la absorción que supone la renta básica de prestaciones dispersas preexistentes supone ya una suma de financiación estimada en 58.000 millones de euros, a lo que hay que añadir otros 2.532 millones del ahorro del 50% del gasto administrativo asociado a servicios sociales, según la estadística SEEPROSS de Eurostat.
Y además, de partida, la Renta Básica contaría con otros 26.150 millones de euros de financiación por el aumento de recaudación que supone en el IRPF la eliminación de los mínimos personales y familiares, de acuerdo con el panel del IEF para 2010.
Autofinanciación
El experto señala que solo con la autofinanciación, el Gobierno de España dispondría de recursos para garantizar una renta básica anual de 2.588 euros por persona adulta (216 euros/mes), 776 euros por cada menor o equivalente (65 euros/mes). Una renta anual de 6.728 euros para una familia integrada por dos adultos y dos menores (561€/mes).
Sin embargo, los autores del trabajo consideran que el «mínimo irrenunciable» es el equivalente a la cuantía de la pensión asistencial que, en el año 2010 utilizado como referencia, exige una renta básica anual de 4.755,80 euros (396,32 euros mensuales).
Por este motivo, hasta el momento, los recursos existentes tan solo permiten financiar aproximadamente el 60% de lo que se necesita para la puesta en marcha de una Renta Básica «digna de tal nombre» o, lo que es lo mismo, sería necesario «arbitrar medidas que implican la devolución del 40% del coste a través del IRPF para equilibrar necesidades y costes».
Como conclusión, para los autores, los beneficios de una Renta Básica en España «sin duda alguna» superan el coste de implantación pues «simplifica y racionaliza el sistema de prestaciones sociales y reduce sustancialmente los niveles de pobreza y desigualdad».
Según el profesor Gimeno, esta medida es «especialmente necesaria tras el deterioro observado en los últimos años», en estadísticas que apuntan que «uno de cada tres menores en España se encuentre en situación de pobreza».
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