Los datos de afiliación y paro registrado del mes de diciembre se pueden considerar como buenos, ya que reflejan avances mensuales escasamente vistos en este mes en la serie histórica y, en todas sus dimensiones, avances positivos. Pero además, son excelentes cuando se analiza su importancia de cierre de un año que, sin duda alguna, puede calificarse como de franca recuperación del mercado de trabajo español.
El número de parados disminuye (64.400 personas), pero lo hace con menor intensidad que el año anterior (107.570 personas). De hecho, la reducción mensual del número de parados es casi la mitad de la registrada en diciembre de 2013, lo que pone de manifiesto una cierta ralentización en el ritmo de reducción del número de desempleados. En términos interanuales, por ejemplo, hemos pasado del 6,2% en noviembre de 2014 al 5,4% interanual en diciembre de 2014. El hecho de que más de la mitad sean parados de larga duración dificulta el tránsito hacia el empleo, sobre todo cuando la experiencia con que cuenta el desempleado está ligada a sectores que todavía atraviesan una importante crisis. A pesar de ello, el número total de parados regresa, prácticamente, al mismo nivel en el que se encontraba en diciembre de 2011 (4.448.000 personas).
El balance anual arroja un aumento de la afiliación de 417.574 trabajadores y un descenso del paro registrado de 253.627 desempleados. Para encontrar en las series históricas estos desarrollos hay que irse hasta finales de 2007 y del 1999, respectivamente. Los datos revelan la necesidad de activar mecanismos agiles para la intermediación y la adecuación entre candidatos y puestos de trabajo.
Los avances a lo largo del año han sido regulares y las tasas interanuales han sido consistentemente mejores a lo largo de todo el periodo, indicando que la recuperación laboral se instaló en el aparato productivo desde comienzos del año y se ha mantenido sin retrocesos (salvo los propios de la estacionalidad en un año ordinario) a lo largo del año. La afiliación ha aumentado, en términos anuales, prácticamente en todos los sectores (con la excepción de la energía y las actividades financieras), tanto transversales, como el comercio, los servicios administrativos, el transporte, la administración pública, las actividades profesionales y científicas o la industria manufacturera, como en los sectores especializados como la educación, la sanidad, la hostelería o la información y las comunicaciones.
El volumen de contratación regresa a los niveles observados en 2008, con un total de 16,7 millones de contratos registrados en el conjunto de 2014 (siendo el 8% contratación indefinida y el 92% restante temporal). El mes de diciembre, sin embargo, ralentiza el ritmo de crecimiento interanual al registrar un avance del 7,2%. Los contratos indefinidos siguen aumentando a tasas interanuales del orden del 20%, mientras que los temporales, que suponen más del 90% de los nuevos contratos, se incrementan a un ritmo inferior al 10%.
Los contratos, hayan sido temporales o indefinidos, a tiempo parcial o completo, han mostrado avances en todos y cada uno de los meses del año 2014, en ocasiones avances muy relevantes y especialmente orientados hacia la contratación indefinida. En el año, se han celebrado 15,38 millones de contratos temporales, un 12,6% más que en 2013, y 1,35 millones de contratos indefinidos, un 19% más que en el año precedente. Este desarrollo aporta a la indudable recuperación laboral un importante rasgo favorable: el mayor avance de la contratación indefinida. Los datos de la EPA del 3er trimestre ya mostraban que las conversiones de contratos temporales en indefinidos y la extensión de jornada de muchos contratos a tiempo parcial se estaban dando a ritmos acelerados.
En suma, los datos muestran muy buenos registros laborales que cierran el año del inicio de la recuperación del empleo con aumentos medios de la afiliación del orden de 256.000 personas más y reducciones del número total de parados de unas 269.000 personas menos que el año anterior. Si se consolida esta senda en 2015, podríamos asistir a incrementos de la ocupación incluso superiores al 2%.
La lectura mensual de los datos de diciembre, por otra parte, es igualmente buena. La afiliación, en particular, nunca había aumentado en diciembre en los últimos treinta años, con la excepción de 2013 y en 2014 ha sido este aumento todavía mayor. Pero la lectura interanual, que es la que hemos venido privilegiando desde hace tiempo al analizar los datos mensuales de afiliación y paro registrado, no puede ser más esperanzadora. De crecer la afiliación en lo sucesivo al mismo ritmo que lo ha hecho en 2014, se recuperarían los niveles de afiliación de pre-crisis en 2020.
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