Banco Popular va a poner en marcha un plan de ajuste a través de prejubilaciones que afectará a unos 150 trabajadores de sus servicios centrales, con el objetivo de mejorar su eficiencia operativa y aumentar su cuenta de resultados. Estos empleados, que recibirán previsiblemente entre el 85% y el 90% de su salario, suponen el 7,5% del departamento administrativo de la entidad, según fuentes conocedoras de la situación.
El proyecto estará dirigido para los trabajadores mayores de 59 años, se consensuará con los sindicatos y estará cerrado antes de que finalice este año.
Con esta iniciativa vuelve a ofrecer prejubilaciones a su plantilla. Desde 2012 no recortaba su estructura con esta fórmula, que utilizó para reducir los costes tras la adquisición de Banco Pastor, junto a otras medidas, como bajas voluntarias. Entonces, los trabajadores prejubilados fueron unos 400.
La empresa ya ha comunicado a los sindicatos la puesta en marcha de este plan, que no afectará a la red comercial y que se produce después de la adquisición de Citibank en España, por la que ha incrementado su plantilla en casi un millar de personas.
Mejora de la eficiencia
El objetivo de Banco Popular es mejorar su ratio de eficiencia, después de que en los nueve primeros meses del año haya empeorado. Pese a todo, es la entidad que presenta el porcentaje más positivo de entre los cotizados. Gasta 43,2 euros para conseguir 100.
El banco presidido por Ángel Ron es uno de los que menos recorte de personal ha aplicado en la crisis. Entre septiembre de 2013 y septiembre de 2014, tan sólo ha reducido su plantilla en nuestro país en un 2,2% (307 empleados), frente al 6,2% de media entre los grandes del sector. Los seis principales han disminuido su plantilla en 8.500 personas en doce meses.
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