El número de trabajadores empleados en España en instituciones de crédito domésticas se situó al cierre de 2013 en 215.663 personas, lo que representa un descenso de 18.629 personas (-7,9%) respecto al año anterior y de 60.834 empleados (-22%) en relación con 2008, año en el que la quiebra de Lehman Brothers marcó el estallido de la crisis financiera global, según las estadísticas del Banco Central Europeo (BCE).
De hecho, fue en 2008 cuando España alcanzó su máximo número de trabajadores en el sector bancario con un total de 276.497 personas, tras lo que ha experimentado cinco años consecutivos de descensos, siendo el más pronunciado el de 2013, año en el que además se registró la cifra de empleados de banca doméstica más bajo desde 1997.
Este significativo descenso del 22% en la cifra de empleados del sector en España desde 2008 se convierte en el tercero más grande de todos los países de la eurozona, sólo por detrás de la reducción del 27,8% de Letonia, que necesitó ayuda externa a principios de la crisis, y del 22,5% de Grecia, que aún permanece bajo el ‘paraguas’ de la Troika.
Paralelamente a esta reducción en el número de empleados, España también protagonizó una significativa reducción en la cifra de oficinas locales, que en 2013 bajaron a un total de 33.713, frente a las 38.142 de 2012 (-11,6%) y lejos de las 46.065 del récord de 2008 (-26,8%).
En el conjunto de la zona euro, el número de empleados de instituciones domésticas de crédito se situó en 2,027 millones, un 4% menos que la cifra de 2012 y un 9,3% por debajo del dato de 2008.
Desde el comienzo de la crisis financiera en 2008, la totalidad de los países de la eurozona han visto significativamente reducidas las plantillas de su sector bancario doméstico, con la excepción de Malta, único país del bloque que ha experimentado un incremento (+8,3%).
En cuanto al número de oficinas, en 2013 se contaban un total de 163.171 en toda la eurozona, lo que implica un retroceso del 5% respecto al dato de 2012 y del 12,4% en relación con 2008.
De este modo, al cierre de 2013, según los datos del BCE, España registraba una ratio de empleados por oficina significativamente más baja que la del resto de países de la eurozona, al alcanzar una proporción de 6,4 trabajadores por oficina, frente a la media de la eurozona de 12,4.
Así, mientras que España en 2013 representaba un 10,6% del total de trabajadores en el sector en toda la zona euro, su peso en el número de oficinas alcanzaba el 20,6%.
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