Recursos Humanos RRHH Digital Hace tiempo, el líder indiscutiblemente ejercía un poder autoritario sobre los empleados, sus órdenes eran incuestionables e imponía un régimen jerárquico completamente vertical. Actualmente, el líder está asociado a una estructura mucho más plana, donde se configura como una persona comunicativa, abierta y proactiva cuya misión consiste en sacar lo mejor de cada persona para cumplir los objetivos estipulados.
En ADAMS Capacitación hemos identificado las cualidades que debe tener un líder el siglo XXI:
– Trabajo en equipo: Saber dirigir un equipo compuesto por personas con diferentes formas de ser, sensibilidades y aptitudes es un reto maravilloso. El éxito final de un líder actual consiste es lograr aflorar las mejores cualidades de cada uno de los integrantes del grupo y motivarlos para su desarrollo profesional y personal.
– Saber transmitir las ideas: Un buen jefe debe tener ideas para lograr los objetivos laborales pero también debe saber transmitirlas de un modo claro, conciso e inequívoco. Además, deberá buscar el momento idóneo para explicarlas y buscar el “feedback” con sus subordinados, de manera que interioricen bien los conceptos aportados y los compartan.
– Saber escuchar: Un atributo muy importante en la vida y, en particular, en el ámbito laboral es saber escuchar, con independencia de quien exprese sus ideas. Realizar este acto tan sencillo y complicado a la vez muestra respeto por el interlocutor y da una buena imagen personal, al mostrarnos interesados por las aportaciones o comentarios de otros compañeros.
– Ser autocrítico: Suele ser bastante usual la tendencia a pensar que uno todo lo hace bien, que los fallos siempre los cometen otros y que los problemas vienen de otro lado. Un ejercicio de humildad y análisis introspectivo llevará a un buen jefe a ver que él también se equivoca, que tiene puntos débiles y aspectos a mejorar. Sólo si lo hace, podrá ser más comprensivo con los que le rodean e intentará ayudarlos cuando se equivoquen, en lugar de reprenderlos.
– Adaptación al cambio: El mundo laboral está en permanente cambio y un buen líder debe saber asimilar las constantes variaciones y aprovechar esos cambios, en la medida de lo posible, para el beneficio de su equipo. El que se adapta sobrevive, el que trata de permanecer anclado en el pasado o siente aversión al cambio, está destinado al fracaso.
En definitiva, el papel del líder actual es mucho más humano, positivo y enriquecedor que el de antaño. El mundo evoluciona constantemente y las relaciones laborales también. Para ello, las organizaciones tendrán adaptarse a las culturas empresariales vigentes y desterrar viejos usos anticuados e improductivos.
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