En el contexto laboral actual, con los nuevos modelos de trabajo o los cambios en la relación de las organizaciones con su plantilla tras la pandemia, los empleados buscan entornos de confianza y cohesión social donde se valore al profesional desde el impacto laboral y personal”, explica José María Monge, responsable global de Talent Solutions y Country Monitoring en BBVA. Con el fin de anticiparse a estas nuevas prioridades, el banco ha trabajado a través de ‘workshops’, encuestas y entrevistas en un nuevo programa que define cómo debe ser un buen mánager y la relación de estos con sus equipos.
BBVA concibe concibe el rol del mánager como una figura que vive los valores del banco, impacta en la consecución de resultados y en el desarrollo de las personas y que, por tanto, requiere de habilidades, actitudes y comportamientos para lograrlo. “Cuando hablamos del impacto del mánager en el desarrollo de los equipos nos referimos al acompañamiento de la persona como referente y ejemplo desde el punto de vista profesional: marcando objetivos, impulsando la consecución de resultados, participando en procesos de valoración de las personas y velando por su desarrollo profesional. Pero también desde la perspectiva personal, fomentando la cultura del ‘feedback’, promocionando el bienestar, la motivación y el compromiso de las personas”, detalla.
The Good Manager es la propuesta dirigida a los más de 18.000 mánager que el Grupo tiene en todo el mundo, un programa que les dota de más protagonismo en el desarrollo de los equipos incorporando las dimensiones de valores, resultados y personas. “Para nosotros un buen mánager, además de lograr resultados, es una persona que se interesa por las personas, por su desarrollo, su bienestar físico y emocional, que sabe descubrir lo que es único en cada uno de nosotros y lo potencia. Un profesional que crea esos espacios de referencia para que todos los empleados puedan desarrollar todo su potencial al máximo”, resalta Monge. El mánager debe además marcar unos objetivos claros y retar a los equipos a conseguirlos.
Potenciar el rol del mánager
El objetivo último del programa es poder ofrecer planes de crecimiento personalizados que se adapten a cada mánager y asesorarlos en su rol como impulsores del desarrollo. Para lograrlo, el banco acompañará y formará a sus mánager en una serie de capacidades que van desde la comunicación efectiva o la construcción de la confianza, hasta el empoderamiento. También contarán con una herramienta para impulsar las métricas y que proporcionarán un punto de situación del impacto de sus acciones en el equipo.
Por su parte, los colaboradores podrán valorar al mánager a través del proceso interno de evaluación anual y con un nivel de recomendación (NPS). “Contar con un plan de desarrollo específico para cada mánager va a impulsar una transformación real en los equipos, consiguiendo aflorar el potenciar el talento y el crecimiento de los mismos”, asevera.