27 de diciembre de 2024

Recambio ejecutivo: los CEO, con vida efímera en las empresas

Recambio ejecutivo: los CEO, con vida efímera en las empresas

El puesto de director es el más codiciado en una corporación. Pero, a juzgar por una tendencia que está sintiéndose cada vez más fuerte en los Estados Unidos, también es el más inestable. El año terminará con más de 1.400 ejecutivos despedidos y reemplazados por directores

Los jefes ejecutivos están cayendo más velozmente que nunca este año. Solamente en los primeros 12 días de septiembre se depuso a los máximos responsables de Bristol Myers Squibb Co., Ford Motor Co. y Viacom Inc., con lo que el ritmo vertiginoso de estas partidas llegó a una cada seis horas.

Esto demuestra que las compañías de los Estados Unidos van camino a despedir o perder a una cantidad sin precedente de 1.400 jefes en el año 2006, en comparación con 1.322 del año pasado y 663 de 2004, dice la firma de reclutamiento de ejecutivos Challenger, Gray & Christmas Inc., de Chicago.

De Sun Microsystems Inc. y Pfizer Inc. a Kraft Foods Inc. y RadioShack Corp., casi todos los tipos de empresas se han visto envueltas en una serie de partidas de sus máximos responsables.

A los jefes se los está deponiendo porque los consejos de administración han abandonado el método libérrimo de conducción empresarial tras los juicios de directivos de Enron Corp., WorldCom Inc. y otras compañías. Cerca del 96 por ciento de las compañías del índice Standard & Poor's 500tienen ahora directores principales independientes, en comparación con el 36 por ciento de 2003, según un sondeo de Spencer Stuart Inc., firma de Chicago dedicada a la búsqueda de ejecutivos.

“Los consejos están bajo mucha más presión, y se han puesto hipervigilantes”, dice Donald Hambrick, profesor de gerencia en la facultad de administración comercial de la Universidad de Pensilvania, en University Park. “Están haciendo limpieza”, agrega. Y les está costando. El importe promedio de la cesantía de un jefe ejecutivo fue de cerca de 16 millones de dólares en los tres últimos años, según Corporate Library, grupo de estudios sobre gobierno corporativo, con sede en Portland, estado de Maine.

Implacable
En Bristol Myers, el consejo de nueve directores independientes despidió al jefe ejecutivo Peter Dolan por haber malogrado un trato para impedir la puesta en venta de una versión genérica de Plavix, la medicina de más venta de esa compañía. Dolan, de 50 años, duró cinco años en el cargo, una eternidad en comparación con otros despidos en 2006. Sumner Redstone, presidente de Viacom, se deshizo del jefe ejecutivo Tom Freston al cabo de
sólo ocho meses.

Redstone dijo a los inversionistas que el fracaso de Freston en traducir el éxito del canal MTV a Internet había contribuido a deprimir el precio de las acciones 7,6 por ciento durante su gestión.

Philip Knight, presidente de Nike Inc., fue igual de implacable con William Pérez. Knight contrató a Pérez, de 59 años, para que lo reemplazara a él como jefe ejecutivo, y lo despidió un año después, en enero.

Los máximos responsables ya no reciben el trato deferente que solía reservarse para figuras como el ex jefe ejecutivo de General Electric, Jack Welch, dice John Challenger, director de Challenger, Gray & Christmas. “Se acabaron los días en que uno aprendía de sus errores”, dice Challenger. Ahora “los resultados tienen que ser inmediatos”, agrega.

El tiempo de Mulally
William Clay Ford Jr. no pudo conseguir esos resultados tras hacerse cargo del segundo fabricante de automóviles de los Estados Unidos en 2001. Ante la pérdida de cuota de mercado a favor de competidores mundiales como Toyota Motor Corp. cada año desde 1995, el presidente y jefe ejecutivo de Ford decidió eliminar 30.000 empleos en seis años.

Al encarar tropiezos ese plan, Ford, de 49 años, traspasó la dirección ejecutiva a Alan Mulally, ex subdirector general de Boeing Co., el 5 de septiembre. Dos semanas más tarde, la compañía dijo que ofrecería indemnizaciones todos los trabajadores por hora que accedieran a renunciar, y que terminaría los despidos anunciados cuatro años antes de lo previsto inicialmente.

Mulally, de 61 años, aumentó el beneficio operacional a más del doble en dos años acelerando la producción y reduciendo la plantilla laboral por más de la mitad en la división de aviones comerciales de Boeing. En Ford, el primer ejecutivo venido de afuera que ha encabezado la empresa en 60 años no tiene mucho tiempo para demostrar que es capaz de repetir la hazaña.

“A los muchachos aprovechados les dan más oportunidad y más tiempo, pero con todo y eso él no tiene sino dos o tres años”, dice Allan Cohen, profesor que estudia el desempeño de los jefes ejecutivos en el Babson College, de Wellesley, estado de Massachusetts.

El mayor escándalo del año, la antedatación de opciones sobre acciones, ha echado leña al fuego de las dificultades ejecutivas. Por lo menos tres jefes -entre ellos Jacob Alexander, de Converse Technology Inc., fugitivo acusado de conspiración para cometer fraude por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos- han dimitido o los han despedido por problemas de opciones.

Es probable que más ejecutivos caigan, porque 130 compañías han revelado que hay investigaciones federales o internas sobre la presunta alteración de las fechas de sus opciones para aumentar el valor de éstas.

Como Nortel Networks descubrió, el sustituir a un máximo ejecutivo puede complacer a los accionistas sin mejorar el desempeño de la empresa.

Después de superar un escándalo de contabilidad, Nortel designó al ex director general de Motorola Inc Mike Zafirovski su nuevo jefe ejecutivo en octubre de 2005.

Las acciones subieron 5,4 por ciento el día del anuncio, y el fabricante de equipos de telecomunicaciones dijo que tenía el camino despejado. Siete meses más tarde, Zafirovski, de 52 años, dijo que podía tomar cinco años en volver, la empresa de Brampton, provincia de Ontario, a la rentabilidad. En junio, él suprimió 1.100 puestos de trabajo. La acción ha perdido 25 por ciento de su valor en 2006.

Hoy, corren peligro hasta los jefes que logran que sus compañías vuelvan a la rentabilidad. El jefe de Hewlett-Packard Co., Mark Hurd, se hizo cargo del aquejado fabricante de computadoras tras la partida de la máxima responsable y presidenta Carly Fiorina el año pasado. Hurd, de 49 años, aumentó la cuota de mercado de HP en los Estados Unidos en el segundo trimestre de 2006 en comparación con un año antes, al perder cuota la rival Dell Inc. en ese mercado de computadoras personales.

El ejecutivo también ha elevado el precio de la acción 80 por ciento a partir del comienzo de su cargo en abril de 2005. “A uno lo recompensan si mejoran las cosas, como ha hecho Hurd”, dice Daniel Morgan, que colabora en la administración de una cartera de 5.450 millones de dólares, incluidas acciones de HP y Dell, en Synovus Investment Advisors, en el estado de Florida. Esas recompensas pueden ser fugaces, porque Hurd se ha visto involucrado en el escándalo de las filtraciones en Hewlett-Packard.

El 22 de septiembre, el consejo depuso a la presidenta Patricia Dunn, quien había supervisado una pesquisa por la cual investigadores privados espiaron a directores y periodistas para poner fin a las filtraciones a los medios.

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