Casi el 50% de los altos ejecutivos norteamericanos piensan que deberían jugar también un liderazgo social, según una encuesta del McKinsey Quarterly. Sólo uno de cada siete ejecutivos encuestados consideraba que ellos mismos sí que estaban jugando un papel a nivel social. La falta de tiempo o el miedo a que esas actividades pudieran ser negativas para su imagen o para la imagen de su empresa son los mayores impedimentos con los que los altos ejecutivos se encuentran para no tener una mayor implicación social.
La motivación para estos pocos suele ser personal y actúan como ciudadanos privados. Asimismo, consideran que un mayor conocimiento de los asuntos públicos y una red de personas preocupadas por los mismos temas les permite jugar un papel importante en temas sociales con más facilidad.
Sólo el 6% de los entrevistados respondió que la mayor parte de los ejecutivos lidera también temas sociopolíticos, mientras que el 35% estimó que no estaban jugando ningún tipo de papel en dichos temas. El 59% pensaba que la mayoría tenía “algún papel”, pero no de liderazgo.
Preguntados por el papel que pensaban que los ejecutivos deberían jugar, el 44% afirmó que éste debería ser de liderazgo. El 6% aseguró que no deberían tener ningún papel en estos temas.
Mala imagen
De los 100 encuestados que creían que en ese momento estaban ejerciendo cierto liderazgo en asuntos públicos, 56 formaban parte del Consejo de Administración de sus empresas, 14 de éstos eran además ejecutivos y 5 eran ejecutivos, pero no miembros del Consejo.
¿Qué motivaciones tienen aquellos que sí se preocupan por lo que pasa fuera de su ámbito empresarial? La encuesta, realizada a un total de 721 ejecutivos, muestra una gran variedad de respuestas. Por ejemplo, dos de cada tres que aseguraban no estar teniendo ningún papel social pensaban que sus colegas que sí lo tenían lo hacían realmente por el negocio puro y duro o que lo hacían como representantes de sus empresas.
Estas respuestas contrastan con las de los ejecutivos que sí se veían implicados, de los que también dos de cada tres afirmaron que los estaban haciendo por convicciones personales y en un ámbito estrictamente privado.
Poco tiempo, mucho miedo
Sin embargo, casi todos los entrevistados coincidieron en que la mayor barrera para no tener una mayor implicación era la falta de tiempo. De hecho, 7 de cada 10 de los que sí jugaban un papel preeminente creían que ésta era la mayor dificultad.
Además de la falta de tiempo, diferentes tipos de miedo o de presión impiden a los ejecutivos estar más involucrados. En primer lugar, el miedo a que su participación en temas sociales pudiera reportarles mala publicidad a ellos o a sus empresas. Según la encuesta, la presión de tener que generar beneficios a sus accionistas a corto plazo también fue uno de los principales argumentos esgrimidos por la mayor parte (el 44%) de los que afirmaron no jugar ningún papel en temas sociales.
Muchas veces las propias empresas son las que disuaden a sus ejecutivos a posicionarse socialmente. El 34% de los ejecutivos poco participativos aseguraron que ésta era la principal razón de su falta de acción.
Facilidades
Pero no todo son barreras. La encuesta también recoge aquellas cosas que facilitan una mayor implicación social. Más de la mitad de los entrevistados que desempeñaban algún papel pensaban que formar parte de una red de personas interesadas en estos temas hacía menos complicada su participación. En segundo lugar aparece comprender los asuntos públicos y en tercero relacionarse con personas dentro del sector de las organizaciones sin ánimo de lucro.
Los ejecutivos se involucran en temas sociopolíticos tanto por motivos empresariales como personales. Preguntados sobre qué cosas les afecta a ellos personalmente y cuáles afectan a sus accionistas, los encuestados consideraron que la salud de la economía, las leyes federales y el precio de la energía eran para sus accionistas temas más importantes que para ellos mismos. Por el contrario, el sistema sanitario, la política exterior o la educación eran mucho más importantes para ellos que para sus accionistas.
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