El candidato conservador al Elíseo, Nicolas Sarkozy, ha anunciado que, si es elegido presidente de Francia, ilegalizará las indemnizaciones millonarias concedidas a ciertos presidentes de grandes grupos empresariales al abandonar el cargo.
Sarkozy se sumó así a la polémica generada en Francia después de hacerse público que el ex presidente del constructor aeronáutico europeo Airbus y copresidente del grupo EADS Noel Forgeard cobró 8,5 millones de euros al dejar el cargo en julio pasado debido a los retrasos en el programa del avión gigante 'A380'.
Preguntado en la radio 'Europe 1' si ilegalizaría esas indemnizaciones, Sarkozy, que sigue en cabeza en la intención de voto en las encuestas, respondió: 'Sí'.
'No se puede aceptar que (un dirigente empresarial) tenga a la vez un gran salario y una gran indemnización' de despido, dijo.
Para Sarkozy, 'sería normal' que Forgeard devolviese las indemnizaciones que ha recibido.
Precisó que está a favor 'del mérito y de la recompensa' y que comprende que 'un cierto número de jefes de empresas sean mejor pagados, muy bien pagados, y que tengan grandes salarios si eso corresponde con una elección estratégica de creación de riquezas'.
Francia necesita 'empresarios que arriesguen y trabajen mucho', subrayó, pero hizo hincapié en que no acepta que 'se tenga a la vez un gran salario y una gran indemnización' de despido.
'Si uno triunfa es recompensado, pero si fracasa es sancionado', manifestó Sarkozy, quien también está en contra de que las 'opciones sobre acciones' estén reservadas a 'diez personas en los grupos de varios miles' de asalariados.
También el candidato ultraderechista Jean-Marie Le Pen se pronunció hoy sobre la polémica de las indemnizaciones millonarias recibidas por Forgeard.
En una entrevista concedida a la televisión 'France 2', Le Pen se mostró 'escandalizado' y calificó el asunto de 'gansterismo mundano'.
Le Pen consideró que las empresas deben 'protegerse contra ese tipo de predadores y los accionistas deben actuar para proteger sus intereses'.
Sarkozy y Le Pen eran prácticamente los únicos aspirantes al Elíseo que aún no se habían pronunciado sobre este asunto que se ha colado en la campaña electoral a diez días de la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
Las voces críticas e indignadas se oyeron ayer especialmente desde las filas de la izquierda, con las peticiones de dos candidatas al Elíseo, la socialista Ségoléne Royal y la comunista Marie-Georges Buffet, de que Airbus retire su plan de reestructuración 'Power 8', que prevé la supresión de 10.000 puestos de trabajo.
Al igual que Royal, el candidato centrista Francois Bayrou abogó por una ley de transparencia sobre las remuneraciones empresariales.
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