Las irregularidades surgieron cuando Von Pierer era presidente ejecutivo, entre 1992 y 2005
Heinrich von Pierer, de 66 años, presidente del consejo de vigilancia del consorcio alemán Siemens, dimitió de su cargo en la noche del jueves como consecuencia de los escándalos en que está implicada la multinacional que se produjeron durante su mandato como presidente ejecutivo entre 1992 y 2005. Es una dimisión anunciada. A medida que iban cayendo los altos directivos de Siemens por los 420 millones de euros pagados en sobornos para ganar licitaciones en el extranjero y por la entrega de 34 millones a un sindicato amarillo, la posición de Von Pierer estaba amenazada
Von Pierer estaba considerado como el empresario modelo alemán. Le llamaban Mister Siemens y era compañero de viaje del canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en sus viajes al extranjero y asesor de la canciller democristiana Angela Merkel, que barajó la posibilidad de nombrarle ministro de Economía. Incluso se habló en 2004 de Von Pierer como posible candidato democristiano para la máxima magistratura alemana, la presidencia federal. La Bolsa recibió con euforia la dimisión de Von Pierer y la acción de Siemens subió ayer un 4,2%.
Fue una dimisión anunciada. A medida que iban cayendo los altos directivos de Siemens por el escándalo de 420 millones empleados en sobornos para ganar licitaciones en el extranjero y después de que uno de los príncipes herederos diese con sus huesos en una mazmorra por haber entregado 34 millones a un sindicato amarillo, la posición de Von Pierer estaba amenazada.
Desaguisados
Todos los desaguisados ocurrieron cuando Von Pierer era presidente ejecutivo de Siemens. Al dejar este cargo, pasó de forma casi automática a presidir el consejo de vigilancia del consorcio. Ésta es una práctica habitual en las grandes empresas alemanas, que atenta contra las más elementales normas de buen gobierno.
En el consejo de vigilancia Von Pierer estaba encargado de controlar su propia gestión en los 13 años al frente de la empresa, cuando ocurrieron los hechos delictivos que han provocado el procesamiento de varios altos cargos. Su presencia en el consejo de vigilancia era como poner a Drácula a custodiar el banco de sangre de la Cruz Roja.
Hasta hace pocos días Von Pierer se negaba a dimitir con el argumento de que eso equivalía a deserción y un reconocimiento de culpa. Era una postura insostenible a todas luces. Si Von Pierer no se enteró de 420 millones en sobornos para conseguir licitaciones y de 34 millones a un sindicato amarillo para contrarrestar al IG Metall significa que dirigía Siemens como los tres monos que no ven, no oyen y no hablan. La otra posibilidad, la más creíble, es que Von Tierer estaba al tanto de los chanchullos que cometían sus más íntimos colaboradores. En cualquier caso, el presidente del consejo de vigilancia pasó a convertirse en una carga insoportable para Siemens y presentó su dimisión la noche del jueves, con una nocturnidad que impidió a varios diarios de alcance nacional incluir la noticia que ayer abría todos los telediarios y boletines informativos.
Se despidió Von Pierer con una carta a los asalariados de Siemens y una declaración para los medios de comunicación en la que no reconoce ninguna culpa, salvo la de ser un obstáculo para que Siemens recobre la tranquilidad. Sostiene Von Pierer: "Yo siempre he defendido el convencimiento de que mi responsabilidad respecto a la empresa y sus más de 400.000 colaboradores en todo el mundo tiene que tener preferencia sobre los propios intereses. Una responsabilidad personal relacionada con las investigaciones judiciales en marcha no fue la base de mi decisión". Niega Von Pierer cualquier culpa: "El único motivo para mi decisión de hoy es el interés de Siemens. Mi objetivo es apoyar y fomentar de forma continuada el éxito de la empresa". Añade que espera que con otro presidente del consejo, Siemens "salga de una vez de los titulares de prensa y pueda navegar por aguas más tranquilas".
Los escándalos de Siemens todavía colean. La fiscalía declaró que no hay un procedimiento abierto contra Von Pierer, pero está en marcha la investigación sobre las cajas negras con más de 200 millones para sobornos. Como sucesor de Von Pierer se ha designado hasta el enero, cuando concluye el mandato del actual consejo de vigilancia, a Gerhard Cromme que es un ejemplo de acumulación de altos cargos.
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