El escándalo y el caos en la cúpula de Siemens no sólo han acabado en pocos días con las dos principales cabezas del primer grupo de ingeniería alemán sino que lo dejan tan en precario que podría convertirse en víctima propiciatoria de ataque y adquisición.
La crisis de liderazgo en el grupo lo ha hecho candidato para ser adquirido, según análisis del diario «Handelsblatt» y los temores del «Frankfurter Allgemeine». La tentación crece dado que el descabezamiento se produce el día en que su presidente ejecutivo, Klaus Kleinfeld, presentaba en Múnich «las cuentas con las que llevábamos soñando», con un tercio más de beneficios en el segundo trimestre y una rentabilidad sobre el capital invertido de un 14 a un 16% en 2007 frente a un 10% en 2006.
Tras sanear las cuentas en sólo dos años, Kleinfeld abandona Siemens a partir del 31 de septiembre, víctima como días antes el presidente del Consejo de Supervisión, de la sucesión de cuentas secretas, sobornos y directivos encarcelados que han dejado estupefactos a Alemania.
Polémicas subidas de sueldos entre directivos pese a la oleada de despidos o la quiebra de la unidad de móviles, tras su venta a BenQ Mobile, convirtieron al grupo en blanco de críticas a finales de 2006. De seguido empezaron las investigaciones por un supuesto caso de desfalco y Kleinfeld prometió un total esclarecimiento, aunque siempre sostuvo que desconocía los desvíos y no se han hallado pruebas en su contra. Pero la fuerte controversia generada por su permanencia en medio del temporal, ha provocado la no renovación de su contrato.
De 49 años, y uno de los ejecutivos más jóvenes de entre las grandes empresas del índice DAX 30, Kleinfeld ocupaba el máximo cargo desde hace poco más de dos años, cuando procedió a una enérgica poda de unidades y personal sobrante, venta de divisiones como la de móviles, consolidación y fusión como la del área de comunicaciones con la propia de Nokia. El tremendo recorte de plantilla ha devuelto unas cuentas saneadas.
Pero la autoridad financiera neoyorquina, SEC, ha abierto investigaciones y su carácter formal da derecho a las autoridades a tener acceso a toda la documentación bancaria y de sociedades telefónicas de la firma. «La SEC se lo está tomando en serio» señala el anterior mediador de la SEC, Robert Heim. Ayer el nuevo presidente del Consejo de Supervisión, Gerhard Cromme, justificaba la no continuidad de su consejero delegado por las «dudas de las autoridades norteamericanas» sobre cómo la empresa está conduciendo las investigaciones. Kleinfeld aseguró el día antes que no había pesquisas contra él: «Esa no fue la razón de mi decisión». Pero los norteamericanos «están observando de cerca cómo la cúpula directiva de la empresa se está haciendo cargo de las investigaciones», señala Cromme en un escrito y «una prolongación del contrato» habría supuesto «un gran riesgo para el consorcio y los accionistas».
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