Raquel Fernández, Senior Manager en Walters People, empresa de selección y trabajo temporal especializado en perfiles junior, técnicos y de apoyo cualificado, repasa las diferencias entre un jefe y un líder, además de enumerar una serie de cualidades que son indispensables a la hora de liderar equipos y generar mayor afinidad.
«La figura de un jefe siempre ha causado distintos tipos de emociones. Actitudes como una dirección férrea, sin flexibilidad, la inspiración del miedo como forma de dirección o la búsqueda de culpables dentro de la organización en los tiempos de crisis, desmotivan a los empleados. Trabajar con jefes que tienen estas características puede ser frustrante. En cambio, un líder es una persona que tiene una fuerte preocupación porque el trabajo se realice bien, pero también atiende al estado emocional del personal a su cargo. Es una persona abierta que entiende los errores de las personas y ofrece soluciones a los problemas», argumenta Raquel.
La visión de cada líder juega también un papel crucial para lograr el éxito, ya que ha tenido que desarrollar ciertas competencias para ser exitoso como, por ejemplo, la proactividad. Ya que no espera a que las condiciones sean ideales para actuar, sino que toma las riendas para crecer, avanzar y desarrollarse.
De este concepto, surgen una serie de cualidades que son indispensables a la hora de liderar equipos:
Comunicación efectiva
Es necesario aprender a expresar con claridad y empatía las ideas, críticas e instrucciones, con el afán de que el equipo de trabajo las escuche y reciba de la mejor manera, potenciando las habilidades con las que cuentan sus integrantes, y fomentando el desarrollo de nuevas habilidades profesionales.
Saber canalizar las emociones propias y de su equipo
Aprender a entender y canalizar las emociones surgidas entre los miembros de un equipo hacia una perspectiva positiva y constructiva, puede generar una gran diferencia en el ambiente laboral y llegar a aumentar incluso la productividad.
Ser optimista
«Yo definiría el liderazgo como la capacidad de influir en las decisiones y comportamientos de otros. Por ello, ser capaz de tener una mentalidad positiva ante escenarios de incertidumbre, y aprender a cosechar enseñanzas de los fracasos, es una característica primordial para un líder», describe Raquel.
¿Cuáles son otras características a tener en cuenta cuando un líder debe gestionar un equipo en un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo (siglas VUCA en inglés)? La empresa de selección y trabajo temporal especializado Walters People destaca 4 aptitudes:
Ser visionario
La función de un líder consiste en establecer la dirección de la compañía y capacitar a sus personas de confianza para que puedan crear e implementar soluciones que le garanticen poder recorrer plenamente el camino hacia esa visión. Es decir, comportarse y delegar la toma de decisiones de manera responsable a las personas adecuadas, en el momento óptimo. Asimismo, ha de adoptar un pensamiento dinámico constante.
Transparencia
Un líder tiene que mantener discusiones abiertas y honestas sobre los puntos débiles que afectan a la organización, fomentar la transparencia del riesgo para comenzar a generar soluciones prácticas que sean asumibles por todos.
Perseverancia
Un líder del cambio debe enterrar su ego y aceptar la posibilidad de que se produzcan giros más profundos y prolongados en su negocio, con el fin de crear soluciones sensibles y sostenibles en el tiempo. Las decisiones más radicales, por ejemplo, de reducción de costes, pueden salvar a las empresas a largo plazo.
Empatía
La empatía, humanidad y humildad son esenciales en un líder. Aquel que acepta la incertidumbre con calma, compostura y confianza. Con esta aptitud se genera un liderazgo basado en la credibilidad que facilitará la superación de cualquier obstáculo, desafío o adversidad.
Al desarrollar estas características, además de potenciar habilidades necesarias para una empresa, se estará trabajando en un crecimiento personal integral, que podrá aplicarse en el día a día, en cada momento, influyendo en el bien propio y en el de la comunidad.
«Saber cómo ser un líder requiere de mucho esfuerzo y genuina dedicación, pero es imprescindible para mantener competitiva a una compañía», concluye Raquel.