Si miras hacia atrás en la historia y ves nombres como Marco Aurelio, Jacinda Ardern, Henry Ford, Maya Angelou, Steve Jobs, Elisabeth Kübler-Ross, Elon Musk, Anita Roddick o Sun Tzu. Todos tienen algo en común: son grandes líderes.
Pero, qué significa ser un buen líder. Sin lugar a duda un buen líder es una persona honesta, un referente, alguien carismático, que genera confianza, respeto, inspiración y a la vez, es capaz de mostrarse completamente comprometido con la causa.
Pero, ¿te has planteado alguna vez qué tipo de jefe tienes o has tenido a lo largo de tu vida laboral? El jefe o líder es aquella persona que tiene una influencia significativa entre las personas que dirige. Se trata de una función esencial dentro de una organización, ya que es quien guía al equipo de trabajo. Sus funciones son de lo más diversas según el tipo de organización y garantizar la consecución de los objetivos organizativos, así como asegurar la estabilidad de la empresa, son siempre sus prioridades. Por ello, Álex Rovira, uno de los mayores expertos en psicología del liderazgo y Transformación Humana a nivel mundial, nos va a explicar alguno de los tipos de jefes que existen y nos va a dar unos consejos para saber cómo tratar a cada uno de ellos.
Jefes y jefas existen muchos, “de todas clases y colores”. Hay tantos tipos de jefes como personas diferentes en el mundo, porque cada persona es única y como jefes y jefas también lo serán. Sin embargo, si ya tienes cierta trayectoria laboral es posible que ya te hayas topado con muchos y puedas identificar alguno de los que vamos a presentar en este artículo.
Partiendo de que no es fácil dirigir una empresa, puesto que requiere unas capacidades, habilidades, energía y tiempo que no todo el mundo tiene, el/la líder sí debe tener la capacidad de no centrarse exclusivamente en los números y la obtención de resultados, para atender las necesidades de su equipo. No hacerlo sería un error, dado que sin las personas trabajadoras no llegarían los resultados, o al menos los que podrías alcanzar realmente si tuvieras un equipo motivado.
El estilo de liderazgo ha tenido una clara evolución en la que ha quedado atrás ordenar y mandar a las personas trabajadoras, para incorporar líderes que inspiren y motiven a su equipo con el fin de alcanzar unos resultados objetivos. El líder ha evolucionado para pasar a ser alguien que escucha, cuida y mira por el bienestar de su equipo, porque sabe que al final son las personas que trabajan las que ayudarán a salir adelante a la empresa, sobre todo en los momentos complicados.
Conocer los diferentes tipos de jefes es importante en tanto en cuanto su labor y su estilo de liderazgo muchas veces determina la productividad y el ambiente de la empresa. Conocerlos permite potenciar los puntos fuertes y corregir aquellos que estén siendo un obstáculo para el buen curso de la compañía. Entender su forma de trabajar y actuar también le da pistas al trabajador sobre cómo actuar ante ellos. Y por si no eres jefe, Álex Rovira nos ofrece algunas pistas de cómo trabajar con cada uno de ellos para crear un ambiente laboral mejor.
¿Cuántos tipos de jefes hay?
1. Líder autoritario: porque lo digo yo y punto
Con un comportamiento tiránico o dictatorial, es el típico jefe del ordeno y mando. Controla individualmente todas las decisiones y no acepta los consejos de su equipo. Al ser tan controlador, no deja espacio para la innovación ni la creatividad. “El autocrático es una persona desconfiada. Es difícil que delegue, que comparta, que escuche. Su prioridad son los resultados y no las personas. Suele tener bastantes dificultades para relacionarse con otros”. En este perfil encajan políticos como Trump, Hitler o Mao Tse-Tung.
Cómo trabajar con él: suele necesitar un feedback constante, que le pongas en copia en los emails, y quiere que se le informe de todo porque le cuesta mucho delegar la responsabilidad. Rovira afirma que como se mueve por resultados, hay que darle muchas respuestas e información para que confíe, esté tranquilo y así no se provoque un conflicto con él. Por eso “es importante pedirle aquellos detalles con los cuales nosotros podemos ir trabajando sin que nos genere a nosotros dificultades para darle todo lo que necesita”.
2. Líder democrático: la gestión participativa
Es lo contrario al anterior perfil. Su lema sería el “¿tú qué piensas?”. Invita a todos los miembros del equipo a ser participativos, a que formen parte del proceso de la toma de decisiones. Y esto hace que los empleados se sientan más valorados, al tiempo que construye relaciones de equipo sólidas. “Es abierto, le gusta que la gente proponga ideas”, explica Rovira. Ejemplos conocidos de este estilo de liderazgo serían Kennedy, Luther King, Lincoln y Kofi Annan.
Cómo trabajar con él: proponle ideas, aporta tu opinión, hazle preguntas y escúchale. Por su estilo que involucra al equipo, “es importante contarle cómo estamos, hacer que la comunicación fluya, proponerle que nos otorgue confianza para liderar o resolver nuevos proyectos y, sobre todo, comprometernos e implicarnos. Porque este tipo de líderes se motivan con un equipo que les respalda”.
3. Líder ‘laissez-faire’: transferencia de poder
Literalmente significa el que deja hacer. Es el colega, el amigo, el “vosotros decidís”. Así que la mayoría de las decisiones las toman los miembros del equipo. No es controlador, sino que los empleados tienen mucha libertad y resuelven los problemas. Esto puede ayudar a la innovación, pero también a evitar responsabilidades. “Como no está, no se encarga de nada. Solo está ahí en caso de absoluta necesidad, pasa del día a día. No es ni autoritario, ni democrático, es más bien neutro y pasivo”. Gandhi y Roosevelt encajan en este tipo de jefe.
Cómo trabajar con él: como no está y son los miembros del equipo quienes resuelven los problemas, es necesario pedirle desde el principio que deje bien claros cuáles son los objetivos, funciones y roles para evitar generar confusión. “Es importante que especifique bien qué se espera del equipo y procurar que haya cierta cohesión entre los miembros del equipo para tratar de solventar cualquier tipo de vacío de liderazgo. Porque es la manera de fluir mejor”.
4. Líder carismático: la innovación por bandera
Inspirador y cargado de energía, “todo lo quiere hacer de alguna forma diferente”. Con ese magnetismo personal motiva y anima a los empleados para que rindan al máximo. Es un tipo comprometido con la empresa y con los trabajadores y tiene un carácter persuasivo que convence a los demás. Siempre ve lo positivo y sabe ceder el control a otros. “Va a estar siempre pendiente de cualquier novedad que se pueda aplicar dentro del equipo y de la formación. Asume constantemente retos en el día a día. Es alguien que va por delante”, ejemplo de ello serían perfiles como los de Steve Jobs, Elon Musk o Jeff Bezos.
Cómo trabajar con él: necesita personas en su equipo cargadas de energía, así que sería recomendable que sus empleados estén muy preparados para afrontar cambios, nuevos proyectos e ideas innovadoras. “No es un líder fácil si no eres alguien que se adapta bien ante el cambio o cualquier innovación, ya no solo en el día a día, sino en la gestión interna. Con lo cual es importante entender qué es lo que puede conectarte con él”.
5. Líder inseguro: desconfía de él y de los demás
Está presente pero no tiene ni idea de cómo resolver las funciones de un jefe y no ejerce como tal. “Tiene muchísimas inseguridades, y puede volverse autoritario porque aplica el ordeno y mando como le dicen, pero se va diluyendo, porque como no tiene carácter, se va retrayendo”. Su falta de confianza la proyecta como desconfianza hacia los empleados. Es muy probable que no asuma su culpa, sino que se la endose a otros. Eso sí, se atribuirá el mérito por un buen trabajo. Le aterra ser visto como incompetente y puede llegar a provocar que sus empleados se sientan inútiles.
Cómo trabajar con él: intentar buscar espacios de diálogo, elogiar sus puntos fuertes, fomentar la comunicación siendo transparente para darle confianza. “Es importante ponerle en la situación de todo lo que pueda estar sucediendo para ayudarle a tomar decisiones. Contribuir de alguna manera a hacerle entender qué es lo que está pasando, qué necesidades tenemos cada uno en el equipo. Trasladar una cierta tranquilidad para que tome decisiones y vaya empoderándose”. Se trata de no propiciar su inseguridad, acercándose a él con una actitud colaborativa, y de que no se sienta amenazado por sus debilidades.
6. Líder integral: el jefe de tus sueños
Es un jefe innovador, aprende rápido, motiva al equipo buscando desafíos e intenta sacar lo mejor de todos. Es capaz de ver el potencial talento de los empleados y los insta continuamente a salir de la zona de confort. Predica con el ejemplo y se convierte en un modelo para el resto del equipo. “Transforma el proyecto a través de las personas, las inspira a través de retos, las motiva haciendo lo contrario que el autoritario, no es un ordena y mando, sino vamos a ver cómo podemos hacer esto de otra manera. Es una mezcla entre el democrático y el carismático”. Tony Hsieh, Mary Kay Ash y Richard Branson son algunos de los referentes en este estilo de liderazgo.
Cómo trabajar con él: potenciar el pensamiento crítico e innovador para aportar ideas nuevas constantemente. Esto le ayudará a liderar de una manera muchísimo más efectiva. “Sobre todo entendiendo que, como el carismático, va por delante, la innovación le motiva, pero en su caso lo hace a través del equipo”.
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