How women rise es un libro basado en los más de 30 años de experiencia de sus autores, asesorando mujeres con puestos clave de liderazgo en grandes organizaciones por todo el mundo. El libro describe 12 hábitos que impiden a las mujeres avanzar a la siguiente etapa de sus carreras. Yo me centraré en el hábito que más frecuentemente he observado—y sufrido—a lo largo de mi trayectoria profesional, el constante deseo de complacer a los demás.
¿De dónde viene este hábito?
En primer lugar, el libro explica que este hábito es una consecuencia del entorno. Los estudios demuestran que, desde la infancia, las niñas son recompensadas y apreciadas por ser obedientes, afables, agradar a los demás y ser «simpáticas». Y esto ocurre no sólo en la familia, sino también en la escuela y otros espacios en los que se desarrollan.
Posteriormente, esto se extiende a las organizaciones, donde el ambiente ha sido moldeado por años de liderazgo masculino. Muy frecuentemente las mujeres son penalizadas por ser asertivas, o por expresar opiniones independientes.
En segundo lugar, los autores del libro nos explican—a través de ejemplos e historias de sus clientes—que el deseo de complacer suele tener una raíz más profunda, el miedo.
- Miedo a ser juzgadas
- Miedo a no ser consideradas dignas de confianza
- Miedo a decepcionar a los demás
Pero no todo es malo. Como cualquier hábito, complacer a los demás viene con una serie de ventajas de las cuales nos podemos beneficiar, si sabemos identificarlas. Por ejemplo, nos hace más empáticas—pudiendo identificar mejor el estado de ánimo de quien nos rodea— y aumentando nuestra capacidad de comunicar y motivar a nuestro equipo.
Desgraciadamente, en la mayoría de los casos aparece en exceso, incapacitando a las mujeres a la hora de tomar decisiones, delegar y actuar con autoridad, especialmente en las fases de ejecución, lo que a la larga las impide alcanzar puestos clave en sus organizaciones.
¿Cómo deshacernos de este hábito?
En sus dos últimos capítulos, el libro analiza los patrones de pensamiento interiorizados por las mujeres, y las correlaciones entre esos patrones. Para neutralizarlos ofrece varias soluciones que yo ya he implementado con éxito en mi día a día:
Reflexiona sobre cuándo, cómo y con quién se manifiesta este deseo de agradar.
Sincérate contigo misma: ¿Qué ganas por agradar a otras personas? ¿Cómo te limita profesionalmente?
Conoce tus objetivos, intereses y prioridades ¿Dónde quieres invertir tu tiempo, energía y esfuerzos? ¿Qué te hace sentir realizada?
Párate a pensar antes de actuar. ¿Lo que te han pedido es una prioridad para tí? ¿Tienes tiempo para añadir esto en tu calendario?
Finalmente, quiero aclarar que todo lo mencionado representa mi visión y experiencia en este vasto tema. Sólo pretendo mostrar una pequeña parte del extenso abanico de soluciones que existen para eliminar este hábito destructivo, a la vez que muestro cómo identificar y aprovechar los beneficios que nos puede aportar.
Y tú, ¿Has sufrido la considerada enfermedad crónica del liderazgo femenino?
Más información: Pluria
Los comentarios están cerrados.