Cuando escuchamos nombres como Steve Jobs, Bill Gates, Mark Zuckerberg o Elon Mask, pensamos en personas de éxito pero, además, importantes líderes. Personas que han cambiado y revolucionado la sociedad, no solo con sus productos sino con su personalidad marcando una diferencia en el mundo y perdurando su legado hasta la actualidad.
Hay personas que parecen haber nacido para ser líderes. Saben cómo asumir esa posición y lo hacen de forma exitosa. En opinión de Javi Pastor, fundador y director de la escuela Big Bang Conversion, donde forma a expertos en ventas, y de la agencia de lanzamientos, copywriting y tráfico Big Bang Agency, hay, eso sí, una gran diferencia entre las características de un jefe y las de un buen líder. »La principal diferencia está en el tipo de motivación que generan: motivación basada en miedo o basada en amor. La teoría de la zanahoria y el garrote cada vez está más pasada de moda. Un jefe que motiva instigando miedo y esperando que si hay un castigo o un premio, los empleados obedecerán. Esa táctica no sólo es poco humana sino que también es muy poco efectiva. En cuanto te das la vuelta, el empleado de turno buscará liberarse de la imposición», nos cuenta.
Y es que, en su opinión, la motivación basada en miedo es incompatible con el liderazgo efectivo. ¿Cuáles son entonces las claves para ser un buen líder? ¿Cuáles son las características principales? »El liderazgo es la pieza clave para la supervivencia de cualquier empresa», explica Pastor.
Aunque podamos pensar que para liderar basta con estar al mando, ser un líder no es algo sencillo, es mucho más que estar al frente. Estar al mando de un equipo, institución, servicio o grupo de cualquier tipo, no implica ser un líder. Estar al mando, es una tarea, una función que se impone desde fuera, pero no todo el que está al mando de algo lo lidera.
El líder ha de tener unas cualidades y virtudes intrínsecas a su persona que le permitirían dirigir un grupo, desde el entendimiento, la conciliación y la capacidad de motivar a los demás. En muchas ocasiones vemos a los líderes, siempre seguros y tranquilos, admirados y respetados por los demás, y podemos pensar que es algo sencillo, pero tener madera de líder implica esfuerzo y preocupación por todo el equipo, capacidad de tomar decisiones, y diversos quebraderos de cabeza.
Según Javi Pastor, la sociedad espera que estas personas sean ejemplo, que lleven una coherencia entre lo que hacen y el discurso que proclaman. »Es necesario contar con el respeto de las personas que te rodean. Los recursos deben estar destinados al conocimiento de cada personalidad», explica Pastor.
Para Pastor, los líderes empresariales que destacan son los que han sabido anticiparse al cambio, han definido las nuevas pautas de trabajo y lo han gestionado de forma eficiente, ajustando la cultura organizativa y empresarial a las propiedades de la sociedad del momento.
Madera de líder: cualidades y virtudes
La fórmula mágica no existe pero sí unas habilidades necesarias para destacar como un buen líder empresarial. Javi Pastor destaca ocho rasgos que diferencian a un jefe convencional de un líder de empresa.
1. Mostrarse vulnerable
En opinión de Javi Pastor, la vulnerabilidad no es sinónimo de debilidad, es sinónimo de valentía. »Como diría Brené Brown en su extenso trabajo sobre este tema, en la vulnerabilidad nacen la innovación y la conexión. Es importante que un buen líder sea capaz de reconocer sus errores, de dar el primer paso al frente», nos cuenta.
2. Vivir en concordancia con tus valores
Un buen líder practica lo que predica, por lo que debe conocer cuáles son sus principales valores y estos, además, le servirán de guía para tomar decisiones que estén alineadas con él mismo.
3. Genera un clima de confianza y responsabilidad
La confianza en el equipo es vital si queremos obtener responsabilidad de él. »Un buen líder motiva desde la confianza en las personas de su equipo y delegando en ellas responsabilidad. Cuando una persona percibe que confías en ella y que le estás dando responsabilidad, es muy probable que su nivel de involucración y motivación aumente considerablemente. Para poder delegar responsabilidad es importante marcar límites claros de forma asertiva. Un buen líder sabe delegar y da espacio a la equivocación», apunta Pastor.
4. Cultiva la empatía
La empatía es fundamental para ser un buen líder. »Como comentaba al principio, no se trata de mandar. Se trata de conectar a nivel humano para desde ahí poder servir y ayudar», explica Javi Pasotr. Los líderes empáticos tienen la necesidad de entender y valorar el punto de vista del personal. »Aceptan las opiniones sin juzgarlas, aunque no las compartan, y tienen en cuenta sus sentimientos. Esto genera confianza en el equipo y crea un entorno de trabajo más colaborativo», cuentan el experto. Y todo ello repercute en que lleguemos al objetivo final: el éxito.
5. Es organizado y resolutivo
Dos características de gran importancia. Y es que un buen líder debería ser una persona bien organizada, capaz de poner en marcha la estructura que dirige. Esto hace que gestione bien y priorice las tareas en función de su importancia y, además que sepa valorar cuáles pueden ser delegadas.
6. Sabe comunicar
Los expertos coinciden en que entre las dotes de un buen líder está la de saber comunicar, transmitir los mensajes de forma eficaz, clara y con sencillez a su equipo. No son pocas las personas que ven cómo en su empresa hay problemas de falta o problemas de comunicación, lo que acaba generando conflictos debido al mal entendimiento.
7. Te hace sentir parte del equipo
Cuando sientes que perteneces a un equipo o a una organización, el clima laboral mejora, así como las relaciones y el trabajo en equipo. Además, también afecta a la motivación de los miembros, a su retención, a su compromiso y al desempeño de sus tareas en su día a día. Si te sientes ‘dentro’, aumenta la motivación y la autoestima, explica Pastor.
8. Conoce y potencia las virtudes
Pastor considera que además, un buen líder sabe reconocer e impulsar las virtudes y capacidades de los distintos miembros del equipo, y se preocupa también por su formación. Todo ello lleva a un mismo punto, capital para un buen líder: la motivación del empleado que lleva casi siempre de la mano una mayor productividad.
Los comentarios están cerrados.