Más de diez años ha estado Google realizando investigaciones dentro de un proyecto denominado Oxígeno. Y lo ha hecho para buscar al jefe perfecto. Más que un jefe como persona física, sino los rasgos y características que debe tener el líder perfecto y, de esta forma, poder capacitar a sus responsables en base a las conclusiones de la investigación. Más de una década que, al fin, ha tenido sus frutos. Y es que, según explica Adrián López en El Confidencial, «Google ha visto una mejora notable en la rotación, la satisfacción y el rendimiento de los empleados«.
Al fin y al cabo, las habilidades técnicas son las que menos importan. Lo más relevante es la inteligencia emocional: la capacidad de comprender y controlar los sentimientos, de animar y apoyar a los empleados con el objetivo de que su felicidad y bienestar aumente, alimentando también el beneficio y la productividad de la compañía.
Profundizando más en el análisis de Google, un jefe debe poseer estos factores y cualidades:
- Preparar a sus empleados para las adversidades: en lugar de solucionar los problemas, los líderes deben enseñar, guiar y compartir información con sus empleados para resolver las dificultades y permitir a su equipo extraer aprendizajes y experiencias.
- Libertad de ideas: debe permitir que el resto, sus empleados y compañeros, aporten ideas. Equivocarse para aprender pues de los errores se extraen las mejores enseñanzas.
- Permitir horarios y entornos flexibles: poco que explicar. La flexibilidad está de moda y es una de las claves para el bienestar y la felicidad de los trabajadores.
- Crear un ambiente inclusivo: otro de los ‘trends’ que están más de moda en el presente laboral. La inclusividad y la igualdad de oportunidades son clave para el desarrollo de la empresa.
- Transmitir confianza: lo es todo. Confiar en tus empleados es vital porque, de esta manera, nadie se avergonzará por equivocarse y las ideas y la creatividad se multiplicarán en el equipo.
- Buen comunicador: tanto escuchar como transmitir información. Un buen jefe debe dominar ambas facetas, entender a su equipo y ser empático.
- Apoyar el desarrollo personal y discutir el rendimiento: por supuesto, todo líder debe buscar el desarrollo profesional y personal de los trabajadores pero también ser crítico con ellos mismos. Si antes decíamos que de los errores se aprende, de las críticas constructivas también.
- Visión de futuro: los buenos jefes deben saber hacia dónde se dirigen sus objetivos y los de su equipo y ser capaz de hacer entender a su plantilla los roles individuales y colectivos, las estrategias, los desafíos, tareas… establecer el itinerario formativo.
Así pues, siguiendo la hoja de ruta que marcan estos factores y cualidades, mejorando en orden de cumplir los requisitos anteriormente explícitos, se consigue el jefe perfecto. Y qué mejor para una compañía que tener al mejor líder.
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