Dejarlo todo para irse a la otra punta del mundo. Muchos lo han pensado pero sólo algunos se atreven a hacerlo. La de Goiko Peiró-Camaró y Pablo Gil Brusola es una de estas historias: dos jóvenes valencianos que dejaron un trabajo estable y una vida cómoda para vivir una experiencia que han convertido en una empresa en crecimiento.
Estos dos amigos aterrizaron en Australia hace tres años cuando tenían 26. Vivieron en primera persona todo lo que conlleva instalarse en este país. Después de trabajar en varios empleos no cualificadas como muchos otros españoles, decidieron hacer de la necesidad una oportunidad y crearon GrowPro Experience (GrowPro Australia antes de su expansión) para ayudar a todas las personas que deciden emprender la misma aventura a superar el laberinto burocrático australiano.
Trabajar y emprender en Australia
«Australia es un país lleno de oportunidades y abierto a la persona que llega con ganas de trabajar. Eso sí, los trámites pueden hacer perder las ganas a más de uno y aquí vimos una oportunidad de ayudar” explica Goiko, que se vendió el coche y la moto y dejó atrás su trabajo como ingeniero informático en business intelligence en España para emprender esta aventura.
Durante el primer año, mientras montaban la empresa, trabajaron en caterings, haciendo clases de español, de mozos de almacén, en Zara, fregando platos y hasta vendiendo paellas y sangrías. “Australia es un país que te permite mantenerte con trabajos de batalla mientras emprendes sin arruinarte en el intento” explica Pablo, ingeniero de caminos que en España trabajaba como consultor de negocios.
El modelo de negocio de GrowPro Experience es un win-win explican sus fundadores: «El asesoramiento y acompañamiento para quien decide marcharse es totalmente gratuito. Nosotros tenemos acuerdos con escuelas en todo el país. Si la persona decide finalmente inscribirse en algún curso, recibimos una compensación por parte de la escuela y nos encargamos de todos los trámites y el seguimiento del alumno” describe Goiko.
Cada persona, una experiencia
Después de tres años ya han acompañado a más de un millar de personas en su aventura a las antípodas. “Cada caso es distinto, cada persona busca su experiencia en función de su formación, presupuesto y realidad personal -comenta Pablo- nuestra filosofía es ser una plataforma de apoyo abierta a todo el mundo”. La mayoría de personas que deciden marcharse a Australia inician los trámites en primavera para poder marcharse en septiembre e instalarse de cara al verano austral que comienza en diciembre.
«Trabajamos para garantizar una experiencia: no son sólo los trámites sino todo el acompañamiento. Resolvemos todas las dudas, aconsejamos sobre la mejor opción para cada uno en función de sus necesidades, ayudamos con el papeleo… y una vez la persona aterriza le hacemos el acompañamiento durante toda su estancia. Organizamos encuentros, les asesoramos para encontrar trabajo y alojamiento, les aconsejamos sobre dónde ir y cómo conocer el país y les resolvemos cualquier duda» señala Goiko.
De Sydney al mundo
La empresa comenzó su actividad en Sydney y otras ciudades australianas pero pronto surgió la oportunidad de ofrecer los mismos servicios en Nueva Zelanda y desde hace unos meses, en Estados Unidos. En 2015 facturaron 400 mil dólares australianos (unos 275 mil euros) cifra que prevén duplicar en 2016. El 80% del negocio se centra en Australia y muy concretamente en la ciudad de Sydney, un destino muy atractivo donde hay censada una población de 10.000 españoles.
GrowPro Experience realiza su actividad también con la mirada en el continente latinoamericano que va camino de suponer la mitad de su mercado especialmente con países como Chile, Argentina, México y Perú.
Esta pequeña pero ambiciosa start up internacional cuenta actualmente con un equipo de más de 10 personas y una red de colaboradores en constante crecimiento. El equipo está formado por gente joven, muchos de los cuales ha vivido la experiencia en primera persona.
“Trabajamos de manera descentralizada desde las oficinas en Sydney, Madrid y Barcelona, todas coworkings, aprovechando las nuevas tecnologías para trabajar en la nube y con reuniones por videoconferencia con nueve horas de diferencia” – explica Pablo. Los dos socios lo tienen claro: «Si te lo planteas, no lo dudes y hazlo. Al final solo nos arrepentimos de las decisiones que no tomamos».
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