Estar al frente de un país podría aumentar el riesgo de morir de forma prematura, mientras que ser parlamentario permitiría vivir más tiempo, especialmente si se es un lord inglés, según dos estudios publicados el martes.
En su tradicional edición de Navidad en la que se publican varios estudios curiosos, la revista médica The British Medical Journal detalla un análisis estadounidense que compara la edad en que murieron 269 dirigentes al frente de 17 países – entre 1722 y 2015 -, con la de 261 candidatos que nunca fueron elegidos.
Teniendo en cuenta varios factores (sexo, edad, esperanza de vida…) los investigadores llegaron a la conclusión de que los líderes habían vivido 2,7 años menos que los candidatos perdedores.
Los dirigentes «tienen una mortalidad significativamente acelerada comparado con los candidatos no elegidos», afirma el estudio. Los resultados, no obstante, se refieren casi en exclusiva a países europeos, a Estados Unidos y Canadá.
En otro estudio publicado en la misma edición, investigadores británicos analizaron la mortalidad de casi 5.000 miembros de las dos cámaras del Parlamento británico, comparada con la de la población del país, entre 1945 y 2011.
Descubrieron que la tasa de mortalidad de los diputados era inferior en 28% a la población en general, e incluso de 38% si se trataba de miembros de la Cámara de los Lores, cuyos cargos pueden ser vitalicios.
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