«El IESE está ayudando a consolidar la posición de Múnich en Alemania –y también más allá de sus fronteras– como hub para la innovación, la investigación y la tecnología».
El viceprimer ministro del Land de Baviera, Joachim Herrmann, fue el invitado de honor en el primer evento del nuevo campus del IESE en Múnich que tuvo lugar esta semana, un evento que también conmemoró el 50º aniversario del MBA del IESE.
Ante una audiencia formada por más de 300 políticos, líderes empresariales internacionales, directivos de empresas alemanas, socios y alumni, Herrmann se mostró «encantado de que el IESE tomara la decisión, hará unos diez años, de escoger la ciudad de Múnich como sede de su campus». Animó también a todos los asistentes a «continuar con la extraordinaria historia que el IESE ya ha vivido aquí, y a formar a muchos líderes que sigan impulsando nuestro planeta».
Herrmann estuvo acompañado por Franz M. Haniel, presidente del consejo de dirección de Haniel Group, quien ofreció la ponencia central del evento, titulada «Leadership for Tomorrow’s World» («Liderazgo para el mundo de mañana»).
«El líder como una especie de superhéroe que todo lo sabe es algo que pertenece al pasado», indicó Haniel a los asistentes. «Ahora es el momento de que nos sacudamos de encima los conceptos y prácticas tradicionales».
¿Qué hace de un líder un gran líder?
«Los grandes líderes», explicó Haniel, se pueden distinguir por sus competencias, su carácter y su empatía. «No extrapolan, se anticipan; son lo suficientemente valientes como para abandonar una práctica exitosa si ven que es necesario; aceptan su responsabilidad social, crean una cultura de confianza y colaboración, y habilitan a los demás».
Las escuelas de negocios, y la educación en general, desempeñan un papel crucial en desarrollar las competencias, subrayó Haniel, mientras que el carácter nace de los valores y de la capacidad para «trabajar los puntos débiles». En cuanto a la empatía, se trata, dijo, de una cualidad básica para poder ejercer un liderazgo exitoso en el entorno multicultural de hoy en día, y para saber «qué sienten y cómo reaccionan las personas».
Haniel identificó seis características o conductas clave que, en su opinión, definirán a los «grandes líderes del mañana».
Seis conductas que los líderes deberían adoptar
1. Anticipe en su modelo de negocio el próximo cambio. Resulta esencial invertir tiempo –y hacerlo de forma consciente– para prepararse ante el cambio, y para crear una cultura que sea lo suficientemente ágil como para adoptarlo. Para adivinar de dónde puede proceder el cambio, los líderes deberían contar con una red que sea diversa, y permanecer siempre atentos a las disrupciones.
2. Sea lo bastante valiente como para abandonar el pasado. Lo que ha funcionado anteriormente no tiene por qué funcionar en el futuro. Atrévase a plantear un enfoque diferente.
3. Cree un entorno de confianza y colaboración. «Nadie se cura hiriendo a los demás», explicó Haniel. Cuando se trata a las personas con respeto, lo que se consigue es compromiso y fidelidad. En tiempos adversos, aquellos que han sido bien tratados estarán dispuestos a arrimar el hombro.
4. Tenga sentido de la responsabilidad. Los líderes deben actuar de forma responsable y ética, e implicarse en encontrar soluciones a los problemas de hoy. «Limitarse a no cometer errores no es suficiente, hay que asumir las responsabilidades del impacto que su empresa tiene sobre la sociedad».
5. Comprenda cómo se comporta cada individuo. Cada persona tiene sus propias ambiciones. Esto es algo que los buenos líderes no solo saben, sino que se esfuerzan para encontrar qué es lo que motiva a sus empleados, y los habilitan para ello de forma individual.
6. Siga las tres ‘A’: anticipación, adaptación y actuación. Navegar por la incertidumbre y responder al cambio de forma ágil es clave para lograr una ventaja competitiva. En este sentido, resulta esencial capacitar a todas las personas para que puedan dar respuestas rápidas y lograr que las cosas se hagan.
El IESE en Múnich y en el mundo
Haniel y Herrmann fueron presentados por Rudolf Repgen, director general de IESE Múnich, y por el director general del IESE, Jordi Canals, que tuvieron palabras de agradecimiento a ambos ponentes por su «sabiduría y su amistad.»
El director general de la escuela situó la puesta en marcha del campus de Múnich en el contexto más amplio de la historia del IESE: desde los inicios en la década de los ’60 hasta el actual aniversario del programa MBA, así como el 10º aniversario del Advanced Management Program (AMP) en Alemania, que también se celebra este año.
El AMP Munich, explicó, ocupa un lugar clave entre los muchos programas ejecutivos de alto rango que el IESE ofrece en sus campus por todo el mundo: en Barcelona, Madrid, Nueva York, São Paulo y, a través de su alianza con el CEIBS, en Shanghái; así como en África y en algunos lugares de Europa del Este.
«Este nuevo campus en Múnich tendrá una gran trascendencia como lugar de referencia en las actividades de desarrollo directivo de las empresas internacionales».
También «encaja bien con la dimensión y el alcance internacional del IESE,» recordó Canals, que abarca cinco continentes y envuelve alianzas estratégicas con escuelas de negocios de todo el mundo. El director general subrayó también las iniciativas conjuntas con escuelas en mercados emergentes para impulsar la iniciativa emprendedora, y destacó alianzas clave con Harvard Business School y Wharton, que calificó de oportunidades para «seguir aprendiendo» y «trabajar juntos para desarrollar a los líderes del futuro».
«Este nuevo campus, aquí en Múnich, es tan solo el principio», concluyó Canals. «Es nuestro objetivo poner toda la red internacional de campus, conocimientos y alumni del IESE al servicio de las empresas, aquí y en toda Alemania».
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