“Asumir riesgos y fracasar son partes fundamentales del proceso de aprendizaje en nuestro viaje hacia el éxito”
Jordi Alemany
La tripulación sabe bien, por experiencia, que la diferencia entre tenerlo todo y no tener nada cambia en cuestión de segundos.
Una vez superado el cabo de Buena Esperanza, comienza la cuenta atrás para llegar a casa remontando el Atlántico. Los vientos son muy favorables y avanzan a buen ritmo (pese a no contar con el trinquete, recorren tres mil kilómetros en diez días), se registra la mayor velocidad en tres años de navegación gracias a la corriente de Benguela.
En las bodegas solo hay un inmenso cargamento de clavo (¡contiene vitamina C y hubieran sobrevivido al escorbuto!), pero las despensas están vacías. Se sustentan a base de arroz hervido en agua de mar. Hasta el 12 de mayo no se registra ninguna muerte, pero desde este día el goteo es incesante: se registran muertes los días 12, 13, 17, 18, 20 de mayo, 1 de junio, 7, 8, 9… A este ritmo morirán todos pronto. Treinta y uno (de los cuarenta y siete españoles —y tres de los trece indígenas—) sobreviven cuando el maltrecho barco se acerca, por fin, a las islas de Cabo Verde. Es el 9 de julio y llevan cinco meses de exigente navegación ininterrumpida.
De nuevo Pigafetta nos sorprende con sus reflexiones: “… Perdiendo en este intervalo veintiún hombres, entre cristianos e indios, al arrojarlos al mar, notamos una cosa curiosa, y fue que los cadáveres de los cristianos quedaban siempre con el rostro vuelto hacia el cielo, y los de los indios con la cara sumergida en el mar. Carecíamos totalmente de víveres, y si el cielo no nos hubiese acordado un tiempo favorable, habríamos todos muerto de hambre”.
El mar maltrataba el barco sin tregua día y noche, impidiendo a la exhausta tripulación descansar. La muerte y la enfermedad habían diezmado a la marinería y la productividad se ve inevitablemente mermada, pero el compromiso es máximo. Es necesario redoblar esfuerzos, la presión es muy grande, se hace indispensable achicar agua ininterrumpidamente de la sentina, haciendo el trabajo extra de los caídos y de los enfermos.
Puedes tener resultados o excusas, pero nunca ambas al tiempo: trabajan en equipo, han ganado flexibilidad y son capaces de corregir el rumbo con agilidad y de pasar al plan B o al C o a los que hicieran falta. Habían llegado demasiado lejos como para sucumbir ahora. Es lo que Richard St. John denomina relentless forward motion: un movimiento implacable hacia delante, ordenar a la mente continuar, siempre ir un poco más allá. El éxito consiste en no detenerse.
Elcano se ve obligado a tomar una decisión contraria a sus intenciones: acercarse a la costa para avituallarse. Tiene la responsabilidad de sacar vivos a sus hombres de allí, que han dado sobradas muestras de su férrea voluntad.
Están cerca de Guinea, pero tienen muy mala suerte y la providencia dicta que solo encuentren zonas impracticables de manglares que les impiden acercarse a tierra firme. Persisten del 14 de junio al 1 de julio costeando infructuosamente en busca de un lugar donde fondear, hacer aguada y abastecerse de alimentos. Y las muertes siguen. Y el calor asola. Y empieza la sed, ya no solo sufren las consecuencias del hambre.
El 1 de julio tiene lugar otro momento de liderazgo democrático, Elcano somete a votación qué hacer: continuar a España sabiendo que quizá mueran en el intento o recalar en territorio enemigo y parar en Cabo Verde. Pigafetta: “Este día llamamos la gente para que diesen sus pareceres para ir a las Islas de Cabo Verde o en tierra firme por tomar mantenimientos, y así deliberamos de ir a las islas y tomamos por más votos”. Cuando haces una elección cambias el futuro.
Es en este momento de la travesía cuando Domingo, hijo del maestre de la nao Trinidad, Juan Bautista de Punzorol, no puede más y fallece antes de llegar a tierra. Se había despedido de su padre con la ilusión de ser uno de los primeros en dar la vuelta al mundo. En realidad, la circunnavegación ya estaba completada porque aquí es donde viró la armada rumbo al Nuevo Mundo tres años antes.
¡Bravo, Domingo!
Cuando implicas a tu equipo en la toma de decisiones y se alcanza un consenso, la motivación mejora y el compromiso se dispara. Las personas se sienten más valoradas, más felices, las quejas disminuyen y el rendimiento aumenta.
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*Capítulo 56 del libro Un empresa redonda: El viaje de Magallanes y Elcano que cambió el mundo’ escrito por Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers.
Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers (apasionados de la historia, la navegación, el management y el desarrollo personal), reinterpretan la epopeya de la primera vuelta al mundo desde la perspectiva del management actual. En este libro podremos aprender de los aciertos —y de los errores— de aquellos hombres de hace 500 años, a través de la lección de liderazgo histórico que nos brindan. Embárcate junto a ellos en esta apasionante aventura.
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