“Ningún lugar está lejos si existe la intención de alcanzarlo, tan solo hay que entrenar, ser constante y no dejar de bracear ante los temporales. Nada es imposible si se confía en uno mismo y se tiene la actitud para lograrlo”
David Meca
Si quieres tener éxito ¡enfócate! Cuando todo perece perdido, la armada coge velocidad de crucero. Tras la delirante travesía bajo el mandato poco ortodoxo de Lopes Carvalho, nuevo capitán y viejos retos. La destreza como navegante de Elcano y la confianza que transmite Espinosa funcionan como factor estabilizador de la flota y todos vuelven a ilusionarse.
Molucas. Hay lugares que te gustan ya solo por el nombre, aunque no hayas estado allí, sabes que es un lugar paradisíaco: Tidore, Ternate, Motir, Makian y Bacan (son más de mil islas, pero estas cinco eran las más relevantes). Seguramente en la actualidad sean una trampa para turistas —con resort de pulserita— pero nos quedamos con la imagen idílica que ellos debieron de tener al llegar a su ansia- do destino.
Después de dos años, tres meses, más de cien bajas y tres barcos perdidos, fondean en Tidore, la primera productora de clavo y una de las cinco benditas islas de la Especiería: misión cumplida. Era el 8 de noviembre de 1521. El deadline se les había ido un poco, es cierto, pero localizar las Molucas —por una ruta desconocida y en el océano más grande del mundo— fue como encontrar la aguja en el pajar. Habían estado vagando por aquel laberinto que suponen las Filipinas (más de siete mil islas y 13.500 las de Indonesia) y por fin, habían echado el ancla allí.
El 28 de octubre habían parado en la isla de Kagayan para “reclutar” a dos pilotos guía. También cuentan con uno de los prisioneros de un barco de pillaje que es de Ternate. Esta ayuda resultó providencial para lograr su objetivo, pero saben que han obrado mal. “Y que nosotros, todo esto que habemos hecho, lo hicimos por venir a las islas de Maluco y a su tierra, donde ahora estamos, y no por hacer mal a ninguno”, como se recoge en el “Libro de las paces”, si es que entonar el mea culpa los redime.
La corte de Tidore era fastuosa. Son muy bien recibidos por su rajá, un tal Almansur (al que enseguida le cambian el nombre por Almanzor, y es que a los españoles nunca se nos ha dado bien pronunciar nombres extranjeros). Es musulmán, los árabes habían llegado hacía bastante para comerciar con las especias.
No parece que los portugueses le hayan tratado muy bien, por- que pronto cambia lealtades y ofrece vasallaje al emperador Car- los I (en un arranque de patriotismo propone que Tidore pase a llamarse Castilla). Su padre había favorecido una base comercial portuguesa allí, sin duda para alejar a los árabes. La geopolítica local también influía en la predisposición de Almanzor: Tidore tenía diferencias con su vecina Ternate (en poder de los portugueses) pujando ambas por ser la “flagship” del clavo y buscaba aliados estratégicos. El lucrativo comercio se concentra en ambas, quienes exigían tributo a las islas vecinas y mantenían un intimidante ejército para velar por el cumplimiento y la colaboración de todos…
Si de algo había servido su dramática experiencia en Cebú, el estrés postraumático hizo que se encendieran todas las luces de alar- ma. Se dejaron ayudar, comerciarían, pero no iban a enredarse en conflictos locales. Ya no.
Resulta curioso, cuanto menos, cómo se puede cambiar de leal- tades tan rápido y estar incluso dispuesto a modificar el nombre a tu patria. ¿Cuáles serán las auténticas motivaciones del líder local Almansur?
Todos los proyectos conllevan riesgos. Cuando ya has conocido la derrota es fácil desanimarse o sentir miedo: si te rindes ante la ad- versidad y los contratiempos, al final, lo que temes es lo que tienes.
Pierdes cuando no lo intentas, pierdes cuando no aprendes, pierdes cuando no te implicas de verdad. Pierdes cuando te conformas con resultados mediocres y la competencia te adelanta.
En cambio, la sensación de progreso crea una dinámica positiva y hará que avancemos mucho más rápido.
*Capítulo 46 del libro Un empresa redonda: El viaje de Magallanes y Elcano que cambió el mundo’ escrito por Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers.
Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers (apasionados de la historia, la navegación, el management y el desarrollo personal), reinterpretan la epopeya de la primera vuelta al mundo desde la perspectiva del management actual. En este libro podremos aprender de los aciertos —y de los errores— de aquellos hombres de hace 500 años, a través de la lección de liderazgo histórico que nos brindan. Embárcate junto a ellos en esta apasionante aventura.
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