“Aquel que nunca aprendió a obedecer no puede ser un buen comandante”
Aristóteles
El nuevo capitán, João Lopes Carvalho se muestra desnortado desde el principio. Más que expatriados, parecen apátridas que vagabundean de isla en isla recorriendo el mar de Joló —pasando cerca de las Molucas— pero sin tener claro hacia dónde poner rumbo, parando para intercambios comerciales (esto es un eufemismo, llegan a actuar como si tuvieran patente de corso y pidiendo mercancía como rescate a cambio de rehenes).
Carvalho se revela como el antilíder, no solo repite los defectos que había tenido Magallanes: no informar, no consultar, no compartir el mando, alejarse del objetivo… sino que suma la falta de ética, la pérdida de valores y la ostentación de poder. El pillaje es para su lucro particular. Falta cohesión, confianza… Si cada uno rema hacia un lado, el barco no avanza.
Como antropólogo y lingüista aficionado, Pigafetta toma el relevo de Enrique (el criado traidor de Magallanes) y se convierte en el intérprete de la flota. Terminan por arribar a la isla de Palawan con la intención de abastecerse de provisiones. Allí reciben noticias de la riqueza de la cercana Brunéi, en la isla de Borneo. ¡Nuevo objetivo a la vista!
Brunéi era una rica, próspera y refinada civilización muy superior a los lugares que han visitado. Un mundo de fantasía y lujo donde son bien recibidos… de momento. Según la crónica de Ginés de Mafra, la bienvenida fue un despliegue de boato y teatralidad. Sin duda, los toman por emisarios de la Corona lusa con la que las relaciones son fluidas. Un emisario del rajá Siripada se acerca junto a varias embarcaciones muy ceremoniosamente, al preguntarles a dónde se dirigen, responde riendo: “¿Molucas? ¡Pero si allí solo hay clavo!”.
Protagonista por primera vez, Elcano y Gonzalo Gómez de Espinosa son elegidos como embajadores para representar a la flota que irá a la recepción del rajá, los acompañan dos marineros griegos (Juan Gorfo y Mateo Griego) y el hijito brasileño de Lopes Carvalho. Se los invita a un banquete (es fácil imaginar los recuerdos que aquello reaviva) y son llevados con mucho boato a lomos de elefan- tes, animal que veían por vez primera. La idolatría del pueblo por el sultán se les antoja cuanto menos extravagante y singular: no se le puede ver y solo se permite hablarle a través de un tubo en la pared. Tras varios días en tierra disfrutando de la exquisita generosidad de su anfitrión, la tripulación empieza a sospechar que han rete- nido a sus compañeros en contra de su voluntad. Lo que ocurrió entonces es totalmente confuso y no es posible conocer la verdad ni con los relatos de Mafra ni con los de Pigafetta.
El reino de Brunéi jamás había tratado con otros europeos que no fueran sus aliados portugueses. Tras varios días agasajando a sus invitados, parece que el rajá ha cambiado de opinión y ahora retiene a los españoles contra su voluntad en palacio: entregarles a los portugueses una flota española será un gesto que reforzará la alianza lusa.
En la madrugada del fatídico 29 de julio, más de cien praos, organizadas en tres grupos, surgieron sigilosas de la nada y los rodearon. También aparecen dos grandes juncos (un tipo de barco chino) que habían fondeado tras las dos naves españolas. Estas, sintiéndose amenazadas, dispararon sus cañones y abordan a uno de ellos. El capitán no era ningún pirata, comentó que estaba al servicio del rey de Luzón, pero una tormenta le había alejado de su flota y había tomado rumbo a Brunéi para reparar los desperfectos de su nave. Agasajó a Carvalho con “regalos de empresa” que real- mente eran para su uso y disfrute personal: joyas, dos alfanjes y una daga. Del liderazgo ético también hablaremos otro día…
Mafra cuenta que bajo sus harapos asomaban lujosas túnicas bor- dadas en oro. Algo no encajaba. Según Pigafetta, el rajá de Brunéi, Siripada, necesitaba a aquel capitán para luchar contra los paganos que amenazaban su imperio y que los praos no tenían ninguna intención de atacar a la flota sino a sus enemigos árabes. Se disculparon ante el rajá y solicitaron que volvieran sus compañeros retenidos.
Espinosa y Elcano son liberados, pero Siripada persiste en retener a los otros rehenes-invitados, Carvalho respondió contraatacando, subiendo a bordo a dieciséis de los prisioneros capturados, así como otro trofeo: tres mujeres “extraordinariamente bellas”. Carvalho alegó que los llevaría al emperador Carlos I, pero no tardó en beneficiarse del botín y las convirtió en su harén particular. Había creado su departamento de felicidad personal… ¡Qué complicado es cuando no nos podemos apoyar en nuestros líderes!
Espinosa mata a un capitán local y envía su cabeza como amena- za al rajá para que les devuelva al resto (este siniestro episodio se va a reflejar en su escudo de armas). Al cabo de dos días de espera, terminan zarpando, quedando allí dos griegos (algunas fuentes hablan de deserción) y “Jaocito”, el hijo de Carvalho al que, proba- blemente, había enviado a tierra con el propósito de trapichear y negociar sus corruptelas.
Este rocambolesco episodio —secuestro incluido— es la opor- tunidad de corregir el rumbo y evitar el declive organizacional. Change mindset son las palabras clave.
En las empresas, cuando hay un empleado deshonesto —que roba, por ejemplo— es un problema. Cuando la mala praxis procede del manager o el CEO puede resultar trágico. Los abusos se normali- zan, se extienden y pueden llegar a hundir a una empresa o, incluso, industria. Todos recordamos los casos de Fórum Filatélico, Enron o Lehman Brothers con las hipotecas subprime.
Un liderazgo ético, unos valores sólidos y un buen código de con- ducta son claves. La única forma de liderar es con el ejemplo, el buen ejemplo, claro.
*Capítulo 44 del libro Un empresa redonda: El viaje de Magallanes y Elcano que cambió el mundo’ escrito por Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers.
Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers (apasionados de la historia, la navegación, el management y el desarrollo personal), reinterpretan la epopeya de la primera vuelta al mundo desde la perspectiva del management actual. En este libro podremos aprender de los aciertos —y de los errores— de aquellos hombres de hace 500 años, a través de la lección de liderazgo histórico que nos brindan. Embárcate junto a ellos en esta apasionante aventura.
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