“Cuando uno es un tarugo emocional ya puede ser muy brillante e inteligente, que fracasará seguro”
Victor Küppers
El cansino término de soft skills está ya tan manido que cansa. Cuando decimos habilidades “soft” o blandas, las minusvaloramos, ya que las human skills (como preferimos llamarlas) son las más importantes. El liderazgo es más una cuestión mental que un listado de conocimientos y habilidades, no obstante, es de agradecer que se tengan cada vez más en cuenta cuestiones como el carácter y el encaje en la empresa (fit culture) y los equipos de los candidatos por encima (o además de) títulos de relumbrón, másteres y algo más utópico como el nivel advanced en inglés.
Conocedor de la extraordinaria cualificación de Gómez, es ciertamente improbable que la nave se haya hundido. El aislamiento en estos momentos de Magallanes era absoluto y temía que el resto de las naves se le amotinasen. Tras el episodio de la deserción, la empresa está a punto de naufragar, es imprescindible mantener la calma para tomar decisiones y ejecutarlas.
Se suele decir que los aciertos son del equipo y los errores, del líder. Magallanes está moralmente muy tocado, una mala decisión acarreará consecuencias muy negativas. En sus manos está la responsabilidad de la flota, el éxito de la misión y las vidas de muchas personas, una carga emocional difícil de gestionar, especialmente cuando uno mismo no está bien.
Deja acta por escrito y lanza un cabo a su dirección para pedir nuevamente consejo: seguir o regresar. Este documento es el más largo que se conserva del puño y letra de Magallanes, donde se dirige a Duarte Barbosa, capitán de la Victoria. Está clara la estrategia: no solo intenta evitar una nueva insurrección, sino que se está cubriendo las espaldas ante el rey, en previsión de las declaraciones de la San Antonio al llegar a España.
“Yo, Fernando Magallanes, caballero de la Orden de Santiago y capitán general de esta Armada que Su Majestad envía para el descubrimiento de las islas de las Especias, etc., por la presente os informo a vos, Duarte Barbosa, capitán del Victoria, y a vuestros pilotos y contramaestres que soy consciente de que consideráis un grave error mi determinación de continuar adelante, pues pensáis que no queda tiempo para completar nuestro viaje… si no me lo contáis, vais contra el servicio del emperador-Rey nuestro señor y contra el juramento y el vasallaje que tomasteis conmigo; así pues, os pregunto en nombre del dicho señor, y yo mismo os suplico y ordeno que escribáis vuestras opiniones, cada uno por separado, declarando las razones por las que deberíamos continuar adelante o bien regresar, y todo ello sin mostrar respeto por nada que os impidiera decir la verdad… Conociendo vuestros pensamientos y razones, entonces diré yo los míos y mi voluntad sobre lo que se deberá hacer.
Escrito en el Canal de Todos los Santos, frente al Río de la Isleta, el jueves 21 de noviembre, a cincuenta y tres grados, de 1520. Ordenado por el capitán general Fernando Magallanes”.
Resulta irónico que se atreva a decir: “Y puesto que soy un hombre que nunca despreció el consejo y la opinión de otros, sino que, al contrario, todas mis decisiones son tomadas en comunión con todo el mundo”. Algunos solo dan un golpe de timón en su estrategia cuando ya han perdido su rumbo.
Fuera como fuese, logró que el astrónomo de la flota, Andrés de San Martín, le diera su experta opinión. Le insta a continuar la expedición al menos hasta mediados de enero y se atreve a expresar en alto lo que casi todo el mundo murmuraba: les esperaban grandes peligros y lo más probable era que no consiguieran llegar hasta las islas de las Especias. San Martín se viene arriba y, autoproclamado chief happines officer de la flota, aprovecha para dar un consejo a su capitán:
“También creo que su señoría no debería navegar por estas costas de noche, tanto por causa de la seguridad del barco como de la necesidad de la tripulación de descansar un poco; puesto que hay diecisiete horas de luz, permita su señoría que los barcos permanezcan anclados las cuatro o cinco horas nocturnas para que, como dije, la gente pueda descansar en lugar de tener que ir arriba y abajo por las jarcias”.
En la reunión de mandos, con Magallanes al frente, habría más storming que brain. Queremos creer que algo de aprendizaje y adaptabilidad hubo, pues los consejos fueron muy sensatos. Soberbia, arrogancia y prepotencia también, no olvidemos que el capitán era más militar que marino.
Jefes del mundo: oír a tus empleados no es lo mismo que escucharlos. Jefes del mundo: el liderazgo no solo depende de puestos sino de personas.
*Capítulo 34 del libro Un empresa redonda: El viaje de Magallanes y Elcano que cambió el mundo’ escrito por Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers.
Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers (apasionados de la historia, la navegación, el management y el desarrollo personal), reinterpretan la epopeya de la primera vuelta al mundo desde la perspectiva del management actual. En este libro podremos aprender de los aciertos —y de los errores— de aquellos hombres de hace 500 años, a través de la lección de liderazgo histórico que nos brindan. Embárcate junto a ellos en esta apasionante aventura.
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