“El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”
Winston Churchill
La expedición magallánica a las Molucas es una empresa de capi- tal riesgo, asumido por los inversores que son la Corona de Castilla y Cristóbal de Haro.
La Casa de Contratación de Indias se estableció en Sevilla en 1503 —por Decreto Real— para fomentar y regular los viajes co- merciales con el Nuevo Mundo. Era el organismo que controlaba absolutamente todos los asuntos náuticos: otorgaba las licencias para armar naves, fijaba los rumbos, archiva mapas, bitácoras e informes. Su denominación oficial era Casa y Audiencia de Indias. Se asentó en un edificio cercano a los astilleros, las Atarazanas o arsenal (dándose a conocer para el gran público gracias al rodaje de “Juego de Tronos”) y cuyo alcaide era Diego Barbosa, suegro de Magallanes. No tardaron en trasladarse al Alcázar Real debido a la humedad del primer emplazamiento, muy cercano al mar, que estropeaba las mercancías y archivos. Allí no solo se administraba todo lo relacionado con los viajes de ultramar, sino que funcionaba como un tribunal jurídico también. Estaba dirigida por el todopo- deroso Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos, que ya había supervisado la travesía de Colón (y con el que, al parecer, llegó a las manos).
Sevilla había sido un lugar provinciano que se vio desborda- do por el descubrimiento de América y los viajes de ultramar.
En poco tiempo, se convirtió en la puerta de acceso al Nuevo Mundo y se trasformó en un enjambre de burócratas, marineros y buscavidas, atraídos por las riquezas y aventuras que prometía su puerto en la playa de los Arenales. Aquella efervescente ciudad se convirtió de repente en la vanguardia más puntera, el Cabo Cañaveral o en el Silicon Valley de la época.
La audiencia real de Magallanes tiene lugar en Valladolid (ciudad donde Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, se casaron y en la que murió Cristóbal Colón) entonces capital de Castilla. Expuso el proyecto y, a falta de PowerPoint, presentó las cartas de su amigo el explorador portugués Francisco Serrão relatando las riquezas de aquella isla, que él situaba en territorio español para no violar el Tratado de Tordesillas.
Las relaciones hispano-lusas eran una verdadera guerra fría con matrimonios estratégicos, diplomacia y mucha desconfian- za por ambas partes. Procurar matrimonios políticamente ven- tajosos era el objetivo de todas las monarquías, el soberano de Portugal, el rey Manuel, no se había casado solo con una tía de Carlos I sino con dos (primero con Isabel y luego con María) y se proponía contraer matrimonio con la hermana de Carlos, Leonor, (que había sido novia de su hijo y, al parecer, mantuvo la relación después del enlace… lo que le convirtió en la comidilla discote- quera de la corte).
Castilla se encuentra muy endeudada (ha de “comprar” el nombramiento de su emperador previsto para junio de 1519 y las arcas reales están exhaustas) por ello, en un principio bloquea la entra- da de Cristóbal de Haro, pero finalmente se ve obligada a abrir una “ronda de financiación” y se acepta a este nuevo socio inversor con la ampliación de capitales. Adelantó dinero al 14 % de interés. Invierte el 20 % de los 8.751.121 totales (1.750.000 maravedíes) estimados en la flota de cinco barcos, bastimentos para dos años, salario de la marinería (se les adelantan cuatro meses), pólvora y armamento, instrumental a bordo…
Las fricciones hispanoportuguesas van a ser una máxima desde el mismo momento en que Castilla avala el plan de Magallanes. Portugal tratará de frenar la expedición y la rivalidad entre ambas potencias se traduce en unas relaciones muy complicadas a bordo con un portugués —y su gente de confianza— al frente de una armada castellana.
En España somos muy dados a traer el talento de fuera; cuántas veces habremos visto durante nuestra trayectoria profesional el nombramiento de directivos —para puestos clave— que venían directamente de la oficina central, desubicados, ignorantes del mercado local pero con esa pátina de suficiencia por venir de headquarters…
No nos engañemos, de entrada, siempre se nos encienden las luces de alarma. Y Magallanes, aunque naturalizado español, recordemos que venía directamente de la competencia.
Guardemos un minuto de silencio por el talento local.
*Undécimo capítulo del libro Un empresa redonda: El viaje de Magallanes y Elcano que cambió el mundo’ escrito por Raquel Sánchez Armán y Jesús Ripoll, fundadores de la agencia de motivación y formación Helpers Speakers.
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