La filial que tiene la compañía japonesa Toyota en Estados Unidos ha llegado a un acuerdo con una antigua empleada por el que tendrá que pagarle casi 180 millones de euros por acoso sexual. La asistente administrativo Sayaka Kobayashi acudió el pasado mes de mayo a la Corte Suprema de Nueva York, donde denunció al director, Hideaki Otaka, así como a la compañía Toyota Motor.
La denunciante acusaba a Otaka de organizar viajes y horarios de trabajo en los
que estaban los dos sólos, además de que Otaka pedía a se empleada que le acompañase a actos sociales. Del mismo modo, Kobayashi alega que su jefe le ‘metió mano’ en repetidas ocasiones, según recoge la publicación especializada ‘Diversity.Inc’.
En la misma línea, Kobayashi afirma que después de denunciar el caso, fue transferida involuntariamente a otro puesto de trabajo en el que permaneció hasta que se dictó sentencia. La demandante pidió unos 35 millones de euros por daños psicológicos y por pérdida de reputación, además de cien millones por daños y perjuicios.
Además, la demandante abandonó la empresa, hecho que el representante de la compañía, Steven Curtis, consideró una ‘decisión personal’.
Poco antes de que se dictase sentencia, el acusado dimitió de su cargo, a pesar de que sigue defendiendo su inocencia. El vicepresidente ejecutivo de Toyota, James Press, relegará a Otaka como presidente y jefe de operaciones.
Por su parte, Toyota afirmó tener ‘tolerancia cero’ ante los casos de acoso sexual, además de añadir que llevaran a cabo «los procesos necesarios para esclarecer las acusaciones de mala conducta de sus empleados y directivos».
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