Una ayudante de cocina que había sido despedida por haber consumido sin autorización un yogur de la empresa en la que trabajaba tendrá que ser readmitida, ha sentenciado este martes un tribunal de Francfort (centro-oeste de Alemania).
Los jueces dieron así la razón a esta empleada, que se opuso a su despido sin preaviso. El dueño de la empresa de restauración sorprendió a su empleada consumiendo un yogur de un valor de 40 céntimos, a lo que ella reaccionó asegurando que la fecha de caducidad del producto había pasado.
El jefe de la empresa, sin embargo, le recordó que estaba estrictamente prohibido consumir o llevarse a casa productos que pertenecieran a la empresa sin haberlos pagado, y que eso significaba su despido.
Según el tribunal encargado de juzgar conflictos laborales, una falta en el reglamento interior de la empresa no debe traducirse automáticamente en despido.
En teoría, el robo o consumo por un empleado de alimentos pertenecientes a una empresa puede conllevar un despido, observaron pese a ello los magistrados. Sin embargo, en este caso, por un yogur, una medida así no se justifica, según el tribunal.
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