El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, calificó hoy de «paso muy tímido» la reforma laboral pactada entre el Gobierno y los agentes sociales para favorecer la contratación indefinida y corregir la dualidad que persiste en el mercado de trabajo, y lamentó que los costes del despido no se hayan visto modificados.
Durante su discurso ante el Consejo de Gobierno del Banco de España con motivo de la presentación del informe anual de 2005, Caruana dijo que, si bien la reforma laboral pactada trata de desincentivar la contratación temporal, con resultados que considera difíciles de valorar con antelación, deja en buena medida «inalterados» algunos de los problemas básicos que subyacen a la «restrictiva» utilización de la contratación indefinida.
«En particular, aunque se ha introducido un sistema más transparente de bonificaciones a este tipo de contratación, los costes del despido vinculados a la misma no se han visto modificados», subrayó Caruana, que destacó que únicamente se ha ampliado hasta 2007 el periodo en el que los contratos temporales pueden convertirse en indefinidos acogiéndose al contrato de fomento del empleo, que contempla una menor indemnización por despido.
Además de apostar por una reforma laboral más ambiciosa, el gobernador habló también de la necesidad de contar con unos mecanismos de formación de costes y precios «más eficientes y flexibles». En este sentido, dijo que resulta «preocupante» que los temas relacionados con la estructura de la negociación colectiva hayan quedado «relegados» en la agenda de posibles reformas en el mercado laboral.
Para Caruana, la actual negociación colectiva limita la capacidad para ajustar los aumentos salariales a la evolución de la productividad sectorial o de empresa, además de establecer un suelo para el incremento de los salarios nominales.
Igualmente, asegura que las cláusulas de salvaguardia, que incorporan un porcentaje elevado de convenios, tienen efectos «particularmente dañinos» cuando se registran perturbaciones exógenas de los precios al alza, como el actual encarecimiento del petróleo, ya que tienden a reforzar «la inercia alcista de los salarios».
SISTEMA SALARIAL «MÁS FLEXIBLE».
Por todo ello, afirma que el sistema de negociación colectiva debe hacerse más flexible para proporcionar un marco en el que, estableciéndose las garantías necesarias para los trabajadores, se facilite la adaptación de las condiciones salariales y de trabajo a las necesidades de funcionamiento eficiente y competitivo de las empresas y sectores.
Finalmente, advierte de que el retraso en la adopción de reformas en los sistemas públicos de protección social refuerza la necesidad de alcanzar posiciones más saneadas a corto plazo, que permitan acometer reducciones adicionales en la ratio deuda pública o, alternativamente, dotar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social con «mayor rapidez e intensidad».
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