Patricia Dunn, ex presidenta de Hewlett-Packard, se declaró ayer inocente ante un tribunal de San José, en California, en el caso de espionaje a directivos y un grupo de periodistas por parte de la empresa.
Dunn ya había señalado con anterioridad, en una comparecencia ante la Cámara de Representantes, que no acepta responsabilidad personal por las tácticas que empleó la empresa.
El fiscal general de California, Bill Lockyer, interpuso cuatro cargos el mes pasado contra Dunn y otros cuatro implicados en el escándalo de espionaje para averiguar quién filtró informaciones a la prensa.
Se trata de los siguientes cargos: utilizar falsas excusas para obtener información confidencial de una compañía, acceso no autorizado a información almacenada en un ordenador, robo de identidad y conspiración al cometer cada uno de estos delitos.
El abogado de Dunn, Jim Brosnahan, señaló que «estos cargos se dirigen contra la persona equivocada en el momento equivocado y por las razones equivocadas''.
Las otras cuatro personas acusadas son Kevin T. Hunsaker, el ex consejero legal de la empresa; Ronald DeLia, un detective privado de Boston; Joseph DePante, propietario de la empresa Action Research Group, y Bryan Wagner, un residente de Colorado empleado por Action Research.
Hunsaker, que dirigió la investigación, abandonó la firma a fines de septiembre.
DeLia, director de la firma Security Outsourcing Solution, contrató a la firma de DePante para obtener información. Este, a su vez, contrató a Wagner para obtener el registro de llamadas de los directivos de HP y los periodistas, entre ellos dos de la revista Cnet, y otros de The New York Times y The Wall Street Journal.
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