La asignatura de religión será voluntaria, quienes no la deseen tendrán una «debida atención educativa», sus profesores serán contratados indefinidamente y la retirada de la declaración de idoneidad, que les conceden los responsables de cada confesión, habrá de ser «debidamente justificada» y «ajustarse a derecho».
El Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) informó ayer en un comunicado de los aspectos básicos de la regulación de esta materia, después de que responsables ministeriales y de la Conferencia Episcopal Española (CEE) finalizaran por la mañana la ronda de consultas previas a la aprobación de los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas de Primaria y de Secundaria Obligatoria (ESO) y de profesorado de religión.
El Ministerio precisa que la asignatura no será computable para la obtención de becas o el acceso a la Universidad. En Primaria, la asignatura sólo será de tipo confesional y quienes no la cursen tendrán la «debida atención educativa», según determine cada centro educativo.
En ESO, quienes elijan religión podrán optar, además de por religión católica u otras que tengan convenios con el Estado, por estudiar una asignatura de Historia y Cultura de las religiones. Para los que opten por no recibir clases de religión se mantendrá «la debida atención educativa».
Dificultades no superadas
El borrador de Real Decreto que regula la relación laboral de los profesores de Religión indica que estos docentes serán contratados de manera «indefinida» y la extinción de sus contratos deberá estar «motivada conforme a derecho». Los profesores deberán cumplir los requisitos académicos exigibles a los demás profesores (poseer el título de Magisterio en Primaria o Licenciatura en Secundaria) y contar con la declaración de idoneidad o certificación equivalente de la confesión religiosa. El Ministerio, que cita explícitamente la religión católica, explica que si la confesión considerara necesario retirar la declaración de idoneidad al profesor, «la autoridad eclesiástica deberá comunicarlo a la administración educativa».«Y motivarla por escrito, no siendo justificables motivos que conculquen derechos fundamentales básicos de las personas».
La CEE aseguró ayer en una nota que «permanecen dificultades fundamentales» en la «tutela de los derechos» de los padres, los profesores y de la Iglesia, que «no han podido ser superadas», en la regulación de la enseñanza de Religión y del profesorado que imparte esta asignatura.
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