UGT entregó ayer a la fiscalía toda la documentación referente a la camarera de un restaurante de Girona que denunció al sindicato que el propietario del mismo había condicionado la renovación de su contrato laboral a que abortara.
Según la empleada, de nacionalidad española, cuando le comunicó al propietario del restaurante donde trabajaba que estaba embarazada de cuatro meses, éste le dijo que si quería mantener el empleo debía abortar.
La chica decidió no abortar y perdió el trabajo, pero denunció su situación a UGT. Según el sindicato, en el caso de que finalmente puede probarse este hecho, se trata de un grave caso de discriminación laboral.
El secretario general de UGT en Girona, Camil Ros, ha explicado que 'UGT hemos presentado a fiscalía toda la información desde el día que se produjo la presunta discriminación, y además hemos adjuntado toda la información que hemos tenido y todos los posibles contactos que puedan ayudar a que la fiscalía decida si puede tomar medidas'.
Según Ros, 'es un tema concreto pero que ha generado mucha información que se ha tenido que ir adjuntando, otra que se ha tenido que ir contrastando, y se ha tenido que hablar con gente para ver si estaban dispuestos a colaborar'.
Este sería el caso de un testigo que, al parecer, está dispuesto a corroborar la versión de la trabajadora.
A mediados de enero, UGT puso el caso de esta mujer como un claro ejemplo de discriminación laboral durante la presentación de la creación de una red de agentes para la igualdad en las empresas de la demarcación gerundense.
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