La Magistratura de Trabajo francesa inició ayer un proceso excepcional contra Moulinex, ahora integrada en Seb, en el que 597 antiguos empleados del fabricante de pequeños electrodomésticos denuncian las condiciones de sus despidos en 2001.
El Tribunal había decidido trasladarse al Palacio de Congresos de esta ciudad del noroeste de Francia para que el juicio pudiera ser presenciado por buena parte de los demandantes (en esta primera jornada asistieron cerca de 400)
Las denunciantes reprochan a Moulinex que los despidos se llevaron a cabo sin causa real y justificada, que no se respetaron los criterios para el cese de la actividad y tampoco los compromisos del plan social.
Reclaman en particular indemnizaciones equivalentes a tres años de salario y basan sus esperanzas en una sentencia del pasado mes de abril en la que el Tribunal de Apelación de Caen dio la razón a 16 colegas suyos.
Gracias a su denuncia, esos 16 antiguos trabajadores lograron indemnizaciones de entre 8.600 y 18.000 euros cada uno.
En el origen del proceso está el cierre de cuatro plantas de Moulinex en Normandía, que supuso el despido de 3.250 de los 5.600 empleados que la empresa tenía en Francia, mientras que otras cuatro plantas fueron absorbidas por Seb.
El juicio servirá también para examinar los resultados del plan social que, según la prefectura (delegación del Gobierno), ha permitido la recolocación del 97,7% de los interesados.
La asociación de antiguos empleados de Moulinex, sin embargo, afirma que un tercio se acogieron a medidas como prejubilaciones, del subsidio de paro para personas de edad avanzada y otro tercio vive de trabajos ocasionales o precarios y que 200 personas, en particular mujeres, están 'en gran dificultad'.
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