Usted está incurriendo en una falta laboral muy grave susceptible de despido". Ésta es la advertencia lanzada por Renfe a los maquinistas que en los últimos días han faltado a su trabajo alegando enfermedad, una huelga encubierta que está perturbando el viaje de miles de personas. La empresa notificó ayer mediante un burofax la apertura de expediente a esos maquinistas (aproximadamente un tercio de los de alta velocidad). Pese al preacuerdo con los sindicatos más representativos para poner fin al conflicto, los trabajadores mantuvieron las protestas. UGT rechazó ayer ese preacuerdo y anunció una huelga para el puente de agosto.
Renfe reconoce "cuantiosas pérdidas económicas y de imagen" por los retrasos de los últimos días, que ayer afectaron a cinco líneas y que en ocasiones han obligado a trasladar a los afectados en autobús. En la carta remitida a los maquinistas, la compañía contempla exigir una indemnización a esos trabajadores, disconformes con el nuevo método de acceso que Renfe quiere aplicar a los conductores del AVE. Se trata de sustituir el examen por un curso intensivo, un cambio que, según los jefes de tren, afecta a la seguridad. La empresa lo niega.
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